Nueva Zelanda se prepara para retirar las armas prohibidas tras el atentado

N.Zelanda.- Nueva Zelanda se prepara para retirar las armas prohibidas tras el a
REUTERS / JORGE SILVA
Publicado: jueves, 21 marzo 2019 11:54

MT SOMERS (NUEVA ZELANDA), 21 Mar. (Reuters/EP) -

Mike Salvensen trabaja un viernes más en su granja en las laderas de los Southern Alps en Nueva Zelanda cuando su teléfono comienza a vibrar anunciando la tragedia que acaba de ocurrir a 110 kilómetros. Una masacre en un país en el que apenas habitan cinco millones de personas pero en el que hay alrededor de un millón y medio de armas de fuego.

Un solo hombre, armado con dos fusiles semiautomáticos, había entrado en dos mezquitas matando a 50 personas e hiriendo a otras tantas. Apenas seis días después, la primera ministra, Jacinda Ardern, anunciaba una reforma de la ley para restringir el tipo de armas utilizadas en el ataque.

La reacción de Ardern fue aplaudida por muchos, pero no está claro cómo será recibida en la comunidad rural, donde viven la mayoría de los propietarios de armas del país. "Estoy de acuerdo", reconoce Salvensen, que tiene tres armas aunque ninguna es del tipo que será prohibido. "No las necesito y pocos las necesitan realmente", augura.

Salvensen alaba la respuesta de la primera ministra ante la tragedia: "ha tenido la confianza que necesitábamos, solidaria cuando era necesario y ha dicho mayormente lo que mucha gente estábamos pensando"

La mayoría de granjeros y agricultores en Nueva Zelanda tienen armas y las utilizan, por ejemplo, para lidiar con las plagas de conejos o zarigüellas. Además, la caza de venados, cerdos o cabras es un entretenimiento bastante popular, tanto para comer como de manera recreativa. Los clubes de armas pueblan el país.

No obstante, la nueva ley permite algunas excepciones relacionadas con el control de plagas. Shaun Moloney, que se dedica a acabar con superpoblaciones de cabras o wallabíes en la isla sur del país, cree firmemente que "hay hueco" para las armas semiautomáticas con grandes cargadores para trabajos como este.

"Si vas a tener vas hacer un control muy estrecho del acceso a este tipo de armas... pero siguen estando disponibles, entonces nos parece bien a mí y a mis colegas", reflexiona.

La caza con el tipo de armas prohibidas es una actividad importante para la familia de Moloney. "Mi hija saldría conmigo a disparar a unos conejos, con una semiautomática, después los despellejaríamos, los cocinaríamos y nos los comeríamos", imagina.

AMPLIO APOYO

El principal grupo de presión de agricultores ha salido rápidamente a defender la nueva ley. "No será popular ente algunos de nuestros miembros pero... creemos que es la única solución realista", reconoce el portavoz de la Federación de Granjeros Rurales, Miles Anderson. "El 15 de marzo lo ha cambiado todo", avisa.

El principal grupo de la oposición, que cuenta con un amplio apoyo rural, el Partido Nacional, también ha respaldado los planes. Con los nuevos cambios, todas las armas semiautomáticas y los fusiles de asalto será prohibidas, así como los componentes que se puedan usar para transformar las con cargadores de alta capacidad.

La nueva ley excluye dos tipos de armas de fuego que son ampliamente utilizadas para la caza, control de plagas o disparar a patos: las escopetas con cargadores con no más de diez balas y los trabucos con menos de cinco cartuchos de capacidad.

Bruce Plant, que regenta un club de fusiles en Oamaru, al sur de Christchurch, afirma que no hay mucha necesidad en el país de armas militares. "Si vas a cazar y no puedes alcanzar a un animal de un disparo no lo vas a hacer con 20", asegura.

Los expertos creen que los cambios aprobados en Nueva Zelanda no son tan restrictivos como los que llevó a cabo Australia, que endureció la ley tras el tiroteo a 35 personas en Port Arthur (Tasmania) en 1996 y prohibió todas los fusiles y escopetas semiautomáticas. El sistema también restringió las licencias y los controles de propiedad.

DEVOLUCIÓN DE ARMAS VOLUNTARIA

En 2017, Nueva Zelanda tenía la decimoséptima tasa de posesión de armas entre civiles, con 26,3 armas por cada 100 habitantes, según una encuesta de Small Arms. Estados Unidos la encabezaba con 120,5 armas por cada 100 personas.

El último cambio en la legislación de armas de Nueva Zelanda fue en 1992 y también fue la reacción a un tiroteo, en este caso en Aramoana, cuando un hombre mato a 13 personas. Se implantó una licencia especial para las armas semiautomáticas que incluía mayor control.

Los defensores de este sistema señalan que la alta tasa de propiedad y las bajas tasas de violencia son una evidencia de que funciona y lamentan que las restricciones sean mayores que en Estados Unidos.

Sin embargo, hay muchas armas que no están registradas, por lo que la policía tiene muchas dificultades a la hora de saber realmente cuánta gente es propietaria. El compromiso de la primera ministra es seguir trabajando para corregir esto.

John Hart, propietario de una granja y antiguo candidato del Partido Verde, entregó voluntariamente su arma a la policía tras el tiroteo de la semana pasada, una de las 37 que la Policía registró. "Ha llegado la hora. He hablado con muchos agricultores y piensan de la misma manera. Todavía no han devuelto sus armas pero apoya la idea. Sin embargo, no lo harán hasta que la ley les obligue", afirma.

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