El Partido Conservador noruego encara un Gobierno en minoría tras el fracaso de las negociaciones

Actualizado: martes, 17 diciembre 2013 21:25

OSLO, 30 Sep. (Reuters/EP) -

El Partido Conservador noruego, con Erna Solberg al frente, formará un Gobierno en minoría junto al populista Partido del Progreso, después de que las casi tres semanas de negociaciones con dos formaciones centristas hayan terminado sin acuerdo.

Solberg necesitaba el apoyo de al menos uno de estas dos formaciones, el Partido Liberal o el Partido Demócrata Cristiano, para garantizarse una mayoría en el Parlamento, pero finalmente las partes han dado por terminadas este lunes las conversaciones.

"No es el fin de la cooperación entre los cuatro partidos", ha explicado la candidata a primera ministra, que aspira a poner fin a ocho años de mandato del socialista Jens Stoltenberg. Los dos partidos centristas han prometido apoyo a los conservadores aunque han descartado sumarse al Ejecutivo.

La alianza de centro-derecha se hizo con la victoria en los últimos comicios tras prometer rebajas fiscales, una mejora del sistema sanitario y más gasto en infraestructuras.

Sin embargo, los puntos en común han quedado eclipsadas en las negociaciones por las visiones radicales del Partido del Progreso, abiertamente contrario a la inmigración y en el que llegó a militar el ultraderechista Anders Behring Breivik, responsable de la matanza de Oslo y Utoya.

Los conservadores finalmente han accedido a renunciar a planes de explotación del Ártico y a endurecer las políticas de asilo para ganarse el apoyo de su socio de coalición. Solberg ha destacado que ésta era "la segunda mejor opción" tras la ruptura de las negociaciones con los otros dos grupos.

El líder del Partido del Progreso, Siv Jensen, se ha mostrado "satisfecho" por los acuerdos logrados, especialmente en materia de inmigración. Jensen ya suena como futuro ministro de Finanzas en el Gabinete que tomará posesión el próximo 18 de octubre.

Un Ejecutivo en minoría, sin embargo, no tiene por qué implicar inestabilidad, toda vez que Noruega --al contrario que Suecia y Dinamarca-- tiene una larga tradición en ejecutivos de este tipo. Las leyes del país nórdico impiden la convocatoria de elecciones anticipadas y los partidos políticos han destarrollado una cultura de colaboración.