MADRID, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
El crecimiento económico experimentado en los últimos años por Bolivia ha venido acompañado por una reducción considerable de la pobreza, aunque el problema aún no ha sido erradicado, pero al país, uno de los más seguros del continente en lo que a violencia armada y delictiva se refiere, le queda una tarea pendiente: acabar con la violencia contra la mujer y los niños.
Según datos oficiales de la Coordinadora para la Mujer, en 2017 se produjeron en el país 109 feminicidios, mientras que cinco de cada diez mujeres dicen ser víctimas de violencia psicológica, tres de cada diez de violencia física y una de cada diez de violencia sexual.
En lo que se refiere a la violencia contra la niñez, según el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), ocho de cada diez niños bolivianos son víctimas de métodos violentos de disciplina en un país donde la crianza basada en la violencia se transmite de generación en generación. Los niños, además, son víctimas de otras formas de violencia como la sexual o el 'bullying' en las escuelas.
Para la jefa de protección de UNICEF en Bolivia, Virginia Pérez, ahora que el país ha mejorado sus niveles de pobreza --la pobreza extrema pasó del 38,2 por ciento en 2005 al 15,2 por ciento en 2018, según el Gobierno--, aunque siguen siendo altos, y que desde el Gobierno de Evo Morales "se ha invertido mucho en educación y salud, queda pendiente la prevención de la violencia contra mujeres y niños".
"El país ha mejorado mucho la seguridad ciudadana en general pero sigue teniendo unos índices terribles de violencia contra la mujer y la niñez. De hecho es el país con más violencia de género de Sudamérica", ha resaltado, reconociendo el "desafío" que acabar con este problema supone.
Según destaca, los niños son "víctimas por partida doble", por un lado porque sufren ellos mismos la violencia o porque son testigos de ella, principalmente en sus casas. Puesto que se trata, pues, de un problema de "violencia intrafamiliar" y que la violencia contra la mujer en muchos casos está unida a la que sufren los niños, desde UNICEF tratan de trabajar en el ámbito familiar.
"VIOLENCIA NATURALIZADA"
Pero como destaca Pérez, la "violencia está naturalizada" en la sociedad boliviana y no solo viene motivada por la pobreza, sino que tiene mucho que ver con las "actitudes" y los "roles que se perpetúan" en un país donde la imagen de la mujer viene marcada en buena medida por las telenovelas y el reguetón, lamenta.
Sin embargo, según la responsable de UNICEF, el Gobierno de Morales "ha tomado conciencia" del problema y "se están empezando a abrir puertas" para trabajar tanto en el ámbito de la violencia contra los niños como contra las mujeres, como lo demuestra el decreto supremo aprobado el pasado mes de marzo que entre otras cosas crea un sistema de registro y alerta de las denuncias de "violencia hacia la mujer y la familia".
Asimismo, para la agencia de la ONU es especialmente importante el hecho de que se ofrecerá un plan de especialización en la lucha contra la violencia de carácter obligatorio a los miembros de las fuerzas de seguridad. "Puede ser una herramienta muy útil para empezar a reconocer el problema", ha destacado Pérez, que reconoce no obstante que "no hará que la violencia desaparezca".
La responsable de protección de UNICEF también considera importante trabajar con los medios de comunicación en este ámbito, "para que reflexionen sobre cómo están contribuyendo" al problema a la hora de informar sobre el mismo.
Por otra parte, UNICEF seguirá trabajando para lograr que haya una mayor inversión en general en la protección de la infancia, ya que se valora poco a los niños y adolescentes y sus derechos. "Es un trabajo arduo", ha reconocido Pérez en un encuentro con periodistas en Madrid, que "nos obliga as ser insistentes y brindar evidencias de que invertir en infancia da resultados".