Alrededor de un 26% de la superficie quemada en el fuego de Tejeda (Gran Canaria) tiene daños de "gravedad"

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 1 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un total de 113 de las 431 hectáreas del perímetro del fuego que ha sufrido recientemente Tejeda (Gran Canaria) es la que ha presentado una afección de alta intensidad, lo que implica que es un 26 por ciento la superficie quemada que presenta daños de "mucha gravedad".

Así lo ha indicado el Cabildo de Gran Canaria en nota de prensa donde expone que esto "supone un muy buen dato", a lo que añade que además "gran parte" de esta zona son matorrales de retama.

Estos datos se extraen de la inspección de la zona del incendio tras darse por controlado el jueves, 27 de julio, y en el que aún se llevan a cabo labores de liquidación para darlo por extinguido. Asimismo se observa que algo más de 163 hectáreas, un 38 por ciento, sufrieron una afección de media intensidad, mientras que un 36 por ciento, casi 154 hectáreas, o no fueron quemadas o el daño es de baja intensidad.

Sobre ello, el jefe de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, ha señalado que las quemas prescritas fueron "fundamentales" para poder frenar el incendio y limitar su extensión. Agregó que en los Altos de Pozo, una zona "muy tratada" con fuego técnico, se aprecia "claramente" como la cabeza del incendio se "frena muchísimo y eso impide que el fuego avance" hacia la zona de Camaretas, la zona alta de San Mateo e incluso Valsequillo.

En este sentido, matiza que sin estas zonas que actuaron de cortafuegos el potencial del incendio era de unas 3.000 hectáreas hacia el norte y unas 8.000 hacia el sur.

También permitieron frenar totalmente las llamas en las zonas militares e infraestructuras de telecomunicación que hay en la zona de Pico de las Nieves, salvaguardando al personal que estaba en estas instalaciones e impidiendo daños económicos "muy graves".

Grillo ha explicado que en toda la zona afectada por el incendio se puede apreciar "con claridad la diferencia" entre las zonas tratadas con fuego técnico y las no tratadas, apuntando que "no solo porque se frenen las llamas, sino porque se aprecia la diferencia de intensidad" entre un fuego de copa que deja zonas de pinar muy dañadas y otras en la que el fuego solo actuó en la superficie y "apenas afectó a los árboles e incluso dejó algo de mantillo natural sin quemar debajo de la ceniza".