El Sahara mantiene la tradición única de que las mujeres celebren sus divorcios

Actualizado: domingo, 8 junio 2008 13:36

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -

La mujer saharaui celebra su divorcio, una tradición única por la que un movimiento formado por representantes y amigos de este país en el exilio quiere que sea reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Así lo han informado miembros de la delegación canaria que visitó el Centro 27 de Febrero, sede de la Unión Nacional de Mujeres del Sáhara, durante la visita celebrada la pasada semana tras la charla de la representante de la unión, Suelma Beiruk. Fue ella, la que expuso que las mujeres saharauis celebran con una fiesta sus divorcios, principalmente, cuando sus maridos "las dejan por otras de manera injustificada", indicó.

La ceremonia consiste en que las mujeres se visten con la misma ropa con la que se casaron e "igual de guapas". Sus amigas la acompaña y además vienen hombres jóvenes a la fiesta para 'dar celos' a su marido y demostrar que "tienen orgullo, es como para demostrarles lo que valían".

Uno de los guías del grupo de los canarios indicó además que las fiestas sólo se hacen cuando los maridos las abandonan, si no "no es tan divertido e incluso no se celebra".

El representante de Ben Magec, Eugenio Reyes, explicó a Europa Press que se está trabajando para sacar adelante un proyecto que permita que la Unesco declare esta singular ceremonia como Patrimonio de la Humanidad, dada su peculiaridad. Reyes explicó que "si bien el matrimonio y su ceremonia se hace extensivo a todas las culturas, esta ceremonia de celebración del divorcio es única en el mundo y tiene unas particularidades que no existen en ninguna otra cultura".

PASOS DE GIGANTES.

Esta ceremonia es una de las costumbres "ancestrales" de este país que vive refugiado en los campamentos de Tinduf y que, a pesar, de la situación ha logrado que la mujer tenga representatividad en el Parlamento de la República Árabe Saharaui Democrática (18 parlamentarias de 67 integrantes que lo componen) y seguir manteniendo una serie de privilegios como la posibilidad de invitar a su casa a hombres que no son de su familia, "sin pedir permiso", explicó Beiruk.

Expuso además que los matrimonios ya no son concertados, sino que se puede elegir y que es obligatorio que la mujer tenga 16 años para casarse y no "11 o 12 como sucedía antes". También se ha logrado que se pague un alto precio por la dote "evitando que cualquier hombre pueda casarse con ella".

Beiruk reconoció que a pesar de esto es el hombre el que pone la dote y la casa así como que cuando se divorcian la mujer se queda con todo, incluso los hijos. En este sentido, la ex parlamentaria insistió en que se está trabajando para que haya una ley que obligue a los hombres a ayudar en la casa para el mantenimiento de los hijos, "porque se casan con otras y se desentienden".

Para ella, es fundamental que se limite de alguna manera este peso exclusivo para la mujer, recordando el papel independiente de la saharaui y cómo la vuelta de los hombres de la guerra ha comenzado a poner ciertos límites a la mujer "tratando de robar un espacio que habían conquistado las saharauis".