Bodegas La Rioja Alta de Haro fabrica sus propias barricas de roble americano para garantizar la calidad de sus vinos

Actualizado: sábado, 9 septiembre 2006 12:52

LOGROÑO, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -

Bodegas La Rioja Alta de Haro anunció hoy que fabrica sus propias barricas de roble americano para garantizar la calidad de sus vinos. La selección de la mejor madera de roble americano, el control del proceso de secado y la fabricación de las barricas en base a lo mejor de una tradición y experiencia centenarias permiten asegurar la calidad final del vino y lograr su excelencia.

"El envejecimiento en madera es un elemento clave del proceso, de ahí la importancia y el protagonismo de las barricas. Es lo que permite al vino evolucionar y desarrollar su potencial", explica Guillermo de Aranzabal, presidente del Grupo La Rioja Alta, S.A.

Además del rejuvenecimiento periódico -cada cinco años- del parque de barricas de La Rioja Alta, SA, una de las grandes bodegas históricas de La Rioja, fundada hace más de 100 años, la propia bodega se encarga de comprar la madera en Estados Unidos, proceder a su secado en La Rioja y realizar la fabricación de las barricas, "lo que nos permite tener la absoluta certeza de que la madera es de primera calidad, que se ha secado correctamente y que no hay peligro de que contamine el vino".

Guillermo de Aranzabal afirma que "si nuestros vinos mantienen la personalidad que les caracteriza desde hace un siglo es porque nos preocupamos de controlar el proceso de evolución en barrica desde la compra de la madera hasta la fabricación de cada una de ellas. ese es uno de los elementos diferenciadores de nuestra bodega, aunque no el único".

Bodegas La Rioja Alta, S.A. importa la madera de roble americano desde Ohio y Kentucky entre otras zonas, en contenedores que luego se apilan separando una tabla de otra para el secado natural al aire libre.

Además del roble americano, de crecimiento más rápido que el europeo y con un poro de madera mas fino que provoca una oxigenación del vino más lenta, el Grupo La Rioja Alta, S.A. hace uso también, en otras de sus bodegas, del roble francés, más poroso y tánico que el americano y que permite al vino un mayor intercambio de oxígeno con el ambiente.

Durante tres años, las tablas de roble se dejan secar a la intemperie, tiempo suficiente para que la madera adquiera el grado de humedad adecuado. Tras el secado, se cepilla la madera y se le da forma de duela, esto es, la tabla curvada para hacer la barrica. "Actuamos así para asegurarnos de que la madera se ha secado correctamente y no hay peligro de que luego contamine el vino", continúa de Aranzabal.

Los vinos de La Rioja Alta, S.A. tienen un olor característico a canela, a vainilla, a roble, debido a que las barricas utilizadas tienen un tostado medio. "Estamos investigando con tostados mas intensos, para ver cómo cambiarían los aromas, que serían lógicamente más tostados: café, azúcar quemado, incluso tabaco", concluye.

Ubicada en la localidad riojana de Haro, La Rioja Alta, S.A. es una de las grandes bodegas históricas españolas, con 450 hectáreas de viñedo propio, que le permiten autoabastecerse en un 70% de su producción.

Cuenta con una producción controlada que no supera los 5.300 kilos por hectárea, orientada a garantizar la máxima calidad de unos vinos que envejecen en las 47.000 barricas de roble americano, fabricadas por la propia bodega, donde todavía se realiza la trasiega de forma manual. Produce vinos reconocidos mundialmente, como Gran Reserva 890, Gran Reserva 904, Viña Ardanza, Viña Arana, Viña Alberdi y el recientemente presentado Marqués de Haro.