Actualizado 10/04/2008 18:32

Innova.- La UMU identifica las lesiones precursoras de los cánceres de intestino grueso, vesícula biliar y estómago

MURCIA, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de investigación de la Universidad de Murcia (UMU) aconsejó hacer colonoscopias periódicas a mayores de 40 años, extirpar la vesícula biliar en casos de presencia de piedras y erradicar el germen 'helicobacter pylori' del estómago con antibióticos como medidas "más eficaces" para prevenir los cánceres de intestino grueso, vesícula, y estómago, respectivamente.

Según informó a Europa Press el investigador principal del proyecto que investiga la anatomía patológica del cáncer precoz, displasia y cáncer 'in situ', Guzmán Ortuño, estos problemas son los desencadenantes "más importantes de sus respectivos cánceres", aunque dijo que hay otros factores ambientales que los originan.

Estas son las conclusiones de los estudios que durante 15 años desarrolló el equipo de Ortuño, compuesto por cuatro investigadores, Francisco Martínez, Francisco Pastor y Pedro Blasco, quienes realizan una labor de investigación clínica, mediante la combinación del trabajo asistencial en hospitales, el estudio de los fenómenos en pacientes mediante la investigación, y la docencia.

Estas investigaciones, que se hicieron a través de la anatomía patológica y el estudio de los tejidos de las biopsias, aparecieron recogidos en diversas publicaciones científicas, congresos y tres tesis, que permitieron a los investigadores identificar las lesiones precursoras de los cánceres de estómago, intestino grueso y vesícula biliar.

En general, sus investigaciones se centraron en el cáncer en sus etapas iniciales, un periodo en el que aumenta el índice de curación, y es más fácilmente curable "porque el problema del cáncer es la diseminación, ya que cuando determinados tumores que dan la cara muy tarde, hacen que el tratamiento se complique", precisó.

VESÍCULA BILIAR.

Así, el grupo descubrió que la existencia de piedras en la vesícula biliar "predispone al cáncer". Y es que estos cálculos --litiasis-- "producen una agresión continua en las paredes de la vesícula por el roce y por el contacto", explicó.

En este sentido, precisó que esa agresión afecta a la superficie interna de la vesícula, que está tapizada una capa de células epiteliales, a las que agrede la piedra y les provoca unas lesiones precursoras del cáncer, que se conocen con el nombre de displasia.

Por este motivo, Ortuño recomendó que todo paciente que tiene piedras en la vesícula "debe ser extirpado este órgano", y justificó que las piedras, además, "pueden causar problemas mecánicos de obstrucción y de ictericia".

ESTÓMAGO.

El equipo de la UMU llevó a cabo otra línea de investigación que se orientó a detectar los desencadenantes del cáncer de estómago, y comprobaron que un germen, el 'helicobacter pylori', produce una alteración del epitelio intestinal y es precursora de esta enfermedad.

Al respecto, Ortuño destacó que esta bacteria "tiene la habilidad de vivir en un medio ácido en condiciones extremas, y sabe vivir en el ácido clorhídrico del estómago". Sin embargo, cuando el estómago detecta su presencia, a través de la metaplasia intestinal, deja de fabricar clorhídrico.

Además, esa metaplasia "supone la aparición de mucosa de intestino en estómago, que no estaba antes allí", con lo que la bacteria, que estaba acostumbrada a vivir el ácido, desaparece. "El cuerpo trata de autodefenderse del germen provocándoles unas condiciones desfavorables", determinó Ortuño.

Se trata, eso sí, de un germen "muy frecuente" que se detectó en personas "muy jóvenes, incluso de 15 ó 16 años", mientras que su presencia se puede detectar con cualquier patología como una molestia gástrica con reflujo, con acidez, y con digestiones pesadas".

Este germen produce la úlcera de estómago y el cáncer, y se detecta mediante una colonoscopia --la inserción de un tubo por el ano-- que permite coger una biopsia y estudiar la presencia del germen y de lesiones secundarias.

La patología se cura con antibióticos, por lo que el diagnóstico permite dar paso a la curación, y permite evitar las lesiones sobre las mucosas del intestino y las molestias gástricas, aunque confesó que estas últimas "en ocasiones no aparecen a pesar de su presencia".

Igualmente, el investigador se refirió al linfoma, otro cáncer gástrico, que se cura con un tratamiento antibiótico "cuando aún no ha hecho su segunda transformación". Y es que "cuando le quitas el estímulo que lo provoca, el Helicobacter pylori , se cura", apuntó.

INTESTINO GRUESO.

Por su parte, el cáncer de intestino grueso, que calificó como "bastante" frecuente, no se da "prácticamente" sobre una mucosa normal, de forma que todo cáncer d este tipo "se origina sobre una lesión previa que se denomina pólipo adenomatoso", contrastó.

Esto, destacó, "tiene una importancia práctica", ya que la vigilancia periódica a una persona con una colonoscopia permite encontrar pólipos y extirpárselos, una operación con la que "evitará padecer cáncer de intestino grueso".

En este sentido, aconsejó "llevarlo a la práctica en la población y hacer un estudio de todos los intestinos a partir de una edad por encima de los 40 años, a no ser que haya una predisposición genética, motivo por el que los pólipos aparecen antes", señaló.

De esta forma, comparó esta modalidad de cáncer con el cervical, para cuya solución "se hace la citología vaginal", una práctica "similar" al control de patologías intestinales por encima de determinada edad con colonoscopias, que "quitaría completamente el cáncer de colon", zanjó.

Ortuño dijo que los estudios de su equipo de investigación "permiten deducir que es bueno hacer un control del cáncer, y es mejor prevenir que curar evitando factores de riesgo", el mayor de los cuales "es el tabaco", destacó. Como soluciones preventivas, planteó una dieta saludable, --mediterránea-- y hacer ejercicio.