La CARM inicia el proceso para que la ladera mediridional de la Sierra de Orihuela sea declarada como BIC

Publicado: domingo, 25 abril 2021 10:29

MURCIA, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Dirección General de Bienes Culturales ha incoado un procedimiento de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Sitio Histórico, a favor del conjunto etnográfico, minero y arqueológico de la ladera meridional de la Sierra de Orihuela, en Santomera.

El paraje de la Solana de la Sierra de Orihuela es un espacio de aproximadamente 90 hectáreas desde el que se tiene un control visual de dos vías de comunicación, la Rambla Salada y el Valle del Segura, ambas usadas desde el Paleolítico.

Así, por el sur puede observarse desde la costa alicantina hasta bien adentrado el Valle del Guadalentín, y por el norte la cuenca de Fortuna limitada por las sierras de la Pila, el Carche y Abanilla, que también generan un corredor de este a oeste paralelo al Segura.

La Solana de la Sierra de Orihuela cuenta con dos poblados de carácter prehistórico protegidos por la ley regional de Patrimonio, el Cabezo de la Mina y el Cabezo Malnombre, a los que estarían asociadas cronológicamente las cuevas de carácter sepulcral que se extienden por toda la cara sur de la sierra.

Hasta los trabajos de prospección en el marco de la campaña 2018/2019 se desconocía la existencia de grabados rupestres en sendos cabezos, así como la del resto de yacimientos que se integran en el marco arqueológico y paisajístico.

En concreto, el Cabezo de Malnombre es un yacimiento calcolítico que destaca por integrar un campo de insculturas inédito en un lugar inaccesible de su cima. Se trata de un conjunto de grabados en el que hay documentadas 58 cazoletas, algunas unidas por canalillos naturales que oscilan entre los 7 y los 20 centímetros.

Entre ellas se encuentran cuatro conjuntos, dos de ellos de elaboración geométrica y que marcan un eje en relación a la cima del cabezo apuntando al oeste, y otros dos localizados en el sector noroeste, a una cota más baja. Todos fueron realizados con la técnica de piqueteado mediante un elemento romo y podrían asociarse a grabados de elementos culturales o simbólicos enmarcados en el arte rupestre.

Por su parte, el cabezo de la Mina es un yacimiento de la Edad del Bronce perteneciente a la cultura de El Argar. Está situado en las laderas del cerro que da nombre al mismo, donde también se han localizado un conjunto de insculturas, y se encuadra entre el 2.200 a.C y el 1500 a.C.

CUEVAS SEPULCRALES

Situadas en las paredes de la ladera sur de la Solana, las cuevas sepulcrales están integradas por varias cavidades de diversa índole y dimensiones, pero con un mismo denominador común: los enterramientos se sitúan en oquedades calizas --cuevas, abrigos y covachas-- con los restos humanos depositados 'a posteriori', desarticulados en forma de representación de osarios y sin ajuar funerario.

Las tipologías de enterramiento se asocian al periodo final del Neolítico y el Calcolítico. Los análisis espaciales y tipológicos suponen una relación directa entre el poblado calcolítico del Cabezo Malnombre y los enterramientos.

En concreto, las cavidades de la ladera sur son la cueva de los Guardias, la cueva de la Mina, Abrigo Chico, la cueva del Cuñao, la cueva de Las Muelas, la cueva de Los Lobos, Abrigo de la Cantera, la cueva del Búho, la cueva de Las Ventanas, la cueva del Cura, la cueva del Majal y Abrigo Normando.

PATRIMONIO MINERO Y ETNOGRÁFICO

En cuanto al patrimonio minero, destacan en este espacio la Cueva de las Yeseras, declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC); la Mina del Siscar; la mina del Cabezo Malnombre y la Mina de la Finca de Pedro.

La primera de ellas es una red kárstica desarrollada en calizas y yesos que fue aprovechada para la extracción de yeso a finales del siglo XIX y durante las primeras décadas del XX, mientras que la segunda es una mina de extracción de cobre que se extiende posiblemente desde tiempos prehistóricos.

Respecto al patrimonio etnográfico, destacan el Aljibe del Coto Guillamón y la Casa del Coto Guillamón, ambos del siglo XIX.