Ibarretxe pide en EE.UU el derecho de autodeterminación como solución al conflicto, tras recordar el caso de Montenegro

Actualizado: martes, 6 junio 2006 19:06

Dice que los obstáculos a la paz serán los actos violentos de grupos descontentos y la política penitenciaria

BILBAO, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, afirmó hoy que "las principales dificultades" para que prospere el proceso de paz en Euskadi son "las posibles actuaciones de violencia por parte de grupos descontentos con el proceso" y la falta de "flexibilidad" en la aplicación de la política penitenciaria.

Por ello, durante su intervención en el Instituto de la Paz de Estados Unidos, en Washington, el lehendakari pidió "la implicación activa de personalidades e instituciones del ámbito internacional" para apoyar activamente "el proceso de paz y de normalización política".

También reclamó el derecho de autodeterminación para el pueblo vasco como solución "al conflicto político" y recordó que hace tres semanas Montenegro lo ejerció "para encauzar un problema histórico de naturaleza política en el mismo corazón de Europa".

El lehendakari manifestó que la declaración de alto el fuego de ETA, que inició sus acciones terroristas hace casi 40 años y que ha causado la muerte a 859 personas, "abre una oportunidad histórica para solucionar el problema vasco, "el último conflicto político de esta naturaleza" en el seno de la UE.

Además, recordó que ha habido varios intentos de negociación entre el Estado español y ETA para acabar con el terrorismo, como las conversaciones de Argel de 1989, cuando gobernaba Felipe González, y en 1998, en Suiza, cuando estaba al frente del Gobierno José María Aznar. "Ambos fracasaron, entre otras razones, porque se confundieron dos problemas distintos: el problema de la violencia de ETA y la solución del conflicto político vasco", aseveró.

Asimismo, aseguró que lo que ha llevado ahora a la banda al cese de sus actividades son "la presión de la sociedad vasca", el nuevo escenario internacional tras los atentados del 11-S, el cambio de Gobierno en el Estado español, con un presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, de "talante más favorable al diálogo que Aznar" y la nueva situación creada tras la aprobación el Plan Ibarretxe en el Parlamento vasco. "La Propuesta, rechazada en las Cortes españolas, ha sentado las bases para solucionar el conflicto vasco", aseguró.

Juan José Ibarretxe diferenció entre proceso de paz y el proceso para la solución del conflicto político, y destacó que el primero de ellos "tiene como principales actores a ETA y al Gobierno español". A su juicio, su culminación tendrá tres etapas y la primera de ellas será "la verificación del alto el fuego permanente" que concluirá en junio cuando Zapatero comparezca en el Congreso y que dará paso a la segunda fase de diálogo formal entre ambas partes para, en una tercera parte, llegar a acuerdos puntuales sobre presos y abandono de las armas.

"Este proceso tendrá una cierta similitud con el proceso irlandés, que desembocó en el abandono definitivo de las armas por parte del IRA", afirmó.

Ibarretxe aseguró que "las principales dificultades" del proceso de paz, "según las negativas experiencias pasadas, son la falta de flexibilidad en la aplicación de la política penitenciaria", así como "las posibles actuaciones de violencia por parte de grupos descontentos con el proceso".

PROCESO DE NORMALIZACION

En cuanto a "la resolución del problema político", manifestó que, para lograrlo, hay que "reconocer su existencia" y de un pueblo "con derecho a decidir". En este proceso, según afirmó, los protagonistas serán los partidos vascos.

En su opinión, se debe abordar el conflicto político en cuatro fases, como son la creación de la mesa de diálogo multipartito sin exclusiones, el logro de un acuerdo integrador, la consulta a la ciudadanía sobre este consenso y su integración en el ordenamiento jurídico.

En su opinión, el acuerdo de normalización política debe contemplar "el derecho a decidir del pueblo vasco" y exige "mayorías amplias como base para la convivencia futura", aunque sin que se acepte "el veto de nadie".

Además, señaló que, tras su "ratificación democrática" por la ciudadanía, "se debe abrir un proceso de negociación y pacto con el Estado español" para incorporarlo al ordenamiento jurídico, "utilizando, para ello, las propias disposiciones de la Constitución española que reconocen los derechos históricos del Pueblo Vasco, así como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales".

En este sentido, dijo que puede haber dificultades como que el Gobierno español "no reconozca que todos los proyectos políticos pueden ser defendidos y materializados de forma pacífica, y de conformidad con los principios democráticos" o que haya partidos que no estén dispuestos a sentarse en la mesa de diálogo.

Asimismo, apuntó que otros obstáculos son que no se reconozca "la existencia de un problema político que es preciso resolver", que se impida a la sociedad vasca "la verificación democrática de los acuerdos alcanzados" o que "se anteponga una interpretación cerrada e inflexible de la Constitución española que imposibilite incorporar en el ordenamiento jurídico la voluntad de la sociedad vasca".

LA AUTODETERMINACION

El lehendakari defendió que "el Pueblo Vasco tiene derecho a la autodeterminación, derecho que reside en la potestad de sus ciudadanos para decidir libre y democráticamente su estatus político, económico, social y cultural, bien dotándose de un marco político propio o compartiendo, en todo o en parte, su soberanía con otros pueblos", tal como aprobó el Parlamento vasco en una declaración de 1990.

En este sentido, aseguró que "el derecho de autodeterminación, reconocido en los Pactos internacionales de Derechos Humanos, no es un derecho aplicable sólo a las antiguas colonias, es un derecho inherente a todos los pueblos, que ha sido invocado por la Unesco como instrumento fundamental para la prevención de conflictos violentos".

Además, afirmó que "ha sido la base para la configuración de la actual Europa" y señaló que "el proceso de emancipación nacional de muchos pueblos del este de Europa tras la caída del muro de Berlín y su posterior adhesión a la nueva Europa, de forma libre y voluntaria, no serían entendidas sin el derecho de autodeterminación".

"Precisamente, hace tres semanas, el pasado 21 de mayo, el pueblo de Montenegro ejerció, de forma pacífica y democrática el derecho de autodeterminación para encauzar un problema histórico de naturaleza política en el mismo corazón de Europa", recordó.

Asimismo, indicó que "el derecho a decidir y la obligación de pactar ha sido reconocido como la clave para resolver otros conflictos de identidad y pertenencia en sociedades modernas y avanzadas, como es el caso de Québec y Canadá". "Este es el mejor ejemplo de referencia aplicable para solucionar el conflicto vasco, utilizando, única y exclusivamente, los derechos humanos y los principios democráticos", aseveró.

LA CONTRIBUCION INTERNACIONAL

Para Ibarretxe, "la experiencia de otros conflictos similares en Europa y en el mundo", enseña que el apoyo de organizaciones internacionales y movimientos civiles "es un elemento fundamental para la resolución de conflictos políticos".

Por ello, agradeció "sinceramente" las manifestaciones de respaldo al proceso de paz de la UE y del Papa Benedicto XVI. "En mi opinión sería un aval fundamental que la propia organización de las Naciones Unidas se manifestara expresamente a favor de la solución del conflicto vasco", reiteró.

El presidente del Gobierno vasco manifestó que "sería una contribución fundamental para la solución del conflicto la implicación activa de personalidades e instituciones del ámbito internacional que apoyen el proceso de paz y de normalización" en el País Vasco.