Actualizado 23/10/2018 08:01

Antonio Pérez Henares.- El alambre de Casado

MADRID, 23 Oct. (OTR/PRESS) -

Cuando la sombra del masters, antes se habían despejado las de sus carreras universitarias, se disipó en el Supremo, pudo parecer que supondría el inicio de una creciente y acelerada consolidación. Pero fue precisamente ahí cuando se han empezado a fallar algunos mimbres y a temblarle los alambres a Pablo Casado. Algo más peligroso para él que para nadie, porque si algo no tiene el dirigente del PP es red debajo.

Puede además que sea el mismo el más consciente de ello pues no parece que haya en su equipo, en buena parte gozoso de haberse conocido, la perspicacia necesaria como para valorar los riesgos y los problemas y, a lo que se ve y parece, salvo señaladas y meritorias excepciones, encontrar soluciones. Casado barrunta que se la está jugando y que el turrón puede ser más que amargo como se tuerzan las cosas. Pongamos que hablo de Andalucía. Su primera prueba que puede ser también precipitado final de carrera. O el principio que él, que viene a ser lo mismo pero en diferido.

A su PP le están fallando un rosario de cosas que en estas condiciones y en estos compases del partido pueden ser ponzoña pura para su recién estrenado líder y que ahora lo lastran pero pueden dejarlo sin oxígeno para seguir en el camino. Y ello a pesar de que, y eso me lo han confirmado gentes diversas y contrarias a sus postulados, ha sorprendido con un discurso y un "cuerpo de doctrina" sólido, asentado y convincente cuando ha tenido foro y tiempo, como fue el caso en La Razón o en ABC, en que desarrollarlo. Por cierto, sin "papeles" y perfectamente amueblado en fondo y forma. "De derechas, claro, pero brillante y por mucho que la propaganda lo quiera vestir de facha, moderno y en Europa". Y no se pueden imaginar el color granate de quien así lo expresaba.

Pero con eso, en este tiempo evanescente, sin memoria, solapado, de juego sucio, agitprop y golpes bajos eso no basta y sirve, en realidad, de bastante poco a la hora de las lentejas políticas.

El primer mimbre no ya que le falla sino que ni siquiera tiene es el de la comunicación. Ni en Génova ni por provincias hay siquiera algo que se le parezca, pues lo que tienen es algo más viejo y obsoleto que el hilo negro por muchos tuits que pongan y muy jovencitos que sean. No existe en el PP ni plan, ni estrategia ni objetivos globales a medio y largo plazo, no hay política comunicacional alguna ni siquiera parecen saber qué demonios es eso. Pero es que ni siquiera en lo inmediato y positivo. Y vuelvo al comienzo, a lo del masters, donde la inutilidad fue tan manifiesta que tras meses de aguantar la tormenta fueron incapaces de mostrar que había escampado. Aún aceptando que muchos de los grandes medios de masas han sido "okupados", son sumisos al nuevo poder monclovita o, es un hecho, o, aún más, portavoces enfervorizados del "enemigo" esa batalla ganada tenían que haberla visualizado aunque fuera entrando en los platós con el cuchillo entre los dientes o la navaja en la liga. Lo que ya es penoso es que sigan poniendo melifluas y acomplejadas sonrisitas para que los apaleen menos, que los apalizan más si cabe.

Esa es una. El fiasco parlamentario es la otra. Cuando se pierde el asalto hasta con Carmen Calvo es que para eso no se vale y peor si encima allí estaba hace nada una tal Soraya. O cuando una ministra de Justicia llega abrasada a una Comisión y se marcha fresquita que es para su interrogadora oponente decida que lo suyo es la carpintería metálica.

Y una más, y quizás determinante, para este trío no precisamente de ases sino de fiascos. La renuncia a la calle, abandonada a los demás, a todos los demás. Y sobre todo a quienes le socavan el voto. En un momento en que una gran parte de su electorado esta deseando salir parecen empeñados en no darles siquiera la posibilidad de hacerlo. Ni siquiera con una llamada tan obvia, tan sencilla, tan esencial y tan básica en estos momentos y con las tenebrosas alianzas de Sánchez como la Constitución y España. Pues parece que ni se les ha pasado por la cabeza a sus estrategas que a lo mejor así calaba mensaje y presencia.

Y ahora, ya tienen Andalucía encima, y eso si que puede ser un calambrazo fulminante. Si los populares, con implicación total, y hace bien en echar el resto, del líder nacional y habiendo colocado a los suyos al frente de las candidaturas, son superados por Ciudadanos a Casado se le pone de inmediato cara de Hernández Mancha y, aún más grave, al PP cuerpo de UCD como después de aquellas gallegas. Tras lo sucedido en Cataluña, en las últimas, una pasada en Andalucía, en estas que vienen de los de Rivera, supondría, recuerden lo que supuso ya el efecto catalán, un terremoto de consecuencias telúricas con corrimiento de tierra y simas en todos sus suelos y en toda España. Vamos, llegar ya muerto a las municipales en primavera. Un escenario desolador, para ellos, de derrumbe y de cambio de hegemonía y primogenitura en el centro derecha. Y eso, me huele, que Casado si lo sabe.

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