Investigadores del RJB apuestan por estudiar las variables topo-climáticas para predecir brotes de enfermedades

Vaca al lado de un lago en las montañas de los Alpes
Vaca al lado de un lago en las montañas de los Alpes - CSIC BOTÁNICO DE MADRID - Archivo
Publicado: jueves, 7 mayo 2020 11:36

   MADRID, 7 May. (EUROPA PRESS) -

   Conocer la diversidad de protistas del suelo puede ser clave para predecir los brotes de enfermedades y los cambios en la diversidad de las especies, según un estudio internacional en el que ha participado el Real Jardín Botánico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

   El investigador del RJB-CSIC Enrique Lara ha destacado que las perspectivas futuras "deben incluir el uso de estos modelos espaciales, las variables topo-climáticas para predecir focos de diversidad de las especies y brotes de enfermedades".

   El estudio internacional concluye que la diversidad de protistas del suelo en los Alpes suizos se predice mejor por estas variables que por variables locales, por lo que apuestan por utilizar a partir de ahora estas variables para predecir la distribución de protistas en futuros cambios climáticos.

   Los protistas, eucariotas microscópicos, son muy diversos en el suelo, donde juegan distintos papeles ecológicos como productores primarios, saprótrofos, depredadores o parásitos y, por tanto, tienen una actuación clave en el funcionamiento del ecosistema.

   Los protistas fotosintéticos, comúnmente llamados algas constituyen una fuente importante de carbono orgánico para los organismos del suelo. Los protistas depredadores ocupan diferentes niveles de la red alimentaria microbiana, como consumidores primarios de algas, hongos y bacterias. Se cree que los parásitos regulan las poblaciones naturales, tal como las gregarinas, parásitos específicos que actúan sobre las poblaciones de insectos y otros invertebrados.

   Otros son más generalistas, como los Phytomyxea que infectan una gran diversidad de plantas. También otros protistas son famosos por producir enfermedades humanas, como la malaria o el Chagas. El estudio considera que dado el importante rol ecológico asumido por estos organismos, es importante entender cuáles son los factores que afectan la distribución de la diversidad ambiental de los protistas.

   Hasta ahora, según añade el estudio, para realizar los estudios de esa diversidad protista se utilizaban variables locales (llamadas edáficas), que relacionadas con disciplinas como la física, la química o la biología, permiten estudiar la composición del suelo en su relación con las plantas y con el entorno que le rodea.

   No obstante, señalan que estas variables locales son muy tediosas de medir y no permiten modelizar la distribución de las especies a la escala del paisaje. Pero ahora el estudio ha demostrado que las variables topo-climáticas fáciles de medir a gran escala eran igualmente o tal más útiles para estudiar la diversidad de protistas del suelo a escala regional.

   El estudio de los suelos, que se ha publicado en Journal of Biogeography, se realizó en 178 puntos de estudio en los Alpes suizos occidentales. Para Lara, es importante porque caracterizar comunidades tan complejas es "esencial" para comprender los principales procesos ecológicos en curso en el suelo, y representa un primer paso para predecir los efectos de los cambios ambientales en las comunidades y, en consecuencia, en el funcionamiento del ecosistema".

   Durante el trabajo de campo, los investigadores extrajeron ADN del suelo de esos casi dos centenares de lugares a lo largo de un amplio rango de elevaciones y praderas de los Alpes, evaluando el modelando los patrones de diversidad de tres grupos funcionales -parásitos, fagótrofos y fotótrofos-, en función de la topografía climática (topografía, pendiente sur, pendiente y temperatura media de verano) y edáfica (temperatura del suelo, humedad relativa, pH).

   Así, añade que el resultado fue que si bien el poder de predicción varió en función de los grupos taxonómicos, "las variables topo-climáticas tuvieron un mejor poder predictivo que las edáficas, en particular la inclinación de la pendiente y la temperatura en verano, por lo que se refiere a la diversidad protista a escala de paisaje".

   "Solo el bajo poder predictivo en los grupos de parásitos se explica, probablemente, por la ausencia de información sobre la distribución de los huéspedes", concluye Lara que apuesta por incluir en las perspectivas futuras el uso de estos modelos espaciales para predecir focos de diversidad de las de las especies y brotes de enfermedades.

Leer más acerca de: