MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los actos conmemorativos del 400 aniversario del fallecimiento de Diego de Pantoja, el jesuita español pionero en el intercambio entre China y Occidente, uno de los colaboradores más cercanos del también jesuita Matteo Ricci y único jesuita español que accedió, en 1601, a la corte del emperador de la dinastía Ming, Wan Li, comienzan a partir de esta semana.
Así, en España, este miércoles 11 de abril, el Instituto Cervantes de Madrid acogerá un acto de lanzamiento del Año Diego de Pantoja y el viernes 13 en la sede de Casa Asia de Barcelona tendrá lugar un encuentro sobre el jesuita.
En concreto, el evento de este miércoles se celebrará a las 12:00 horas en el Instituto Cervantes de Madrid y contará con las intervenciones de los profesores Ye Nong, de la Universidad de Jinan; Ignacio Ramos SJ, profesor de The Beijing Center for Chinese Studies; e Inmaculada González Puy, directora del Instituto Cervantes de Pekín. La entrada es libre.
También en Barcelona se celebrará un encuentro sobre la figura de Diego de Pantoja, organizado por Casa Asia con la colaboración del Instituto Confucio de Barcelona, el Instituto Cervantes y la Universidad Pompeu Fabra.
Estos actos se enmarcan en la organización de los diferentes actos programados para dar a conocer y reivindicar la relevancia de este personaje que, a pesar de su importancia, es muy desconocido. Se ha previsto también la publicación de diversos libros y artículos sobre el jesuita, entre ellos la reedición del libro Diego de Pantoja y China de Zhang Kai, que publicará la editorial Mensajero.
PUENTE ENTRE ESPAÑA Y CHINA
Diego de Pantoja nació en Valdemoro (Madrid) en 1571 y entró en el noviciado de la Compañía de Jesús en Toledo con 18 años. En 1596 embarcó en Lisboa para incorporarse a la labor misionera de los jesuitas en Oriente. En 1600 logra entrar en China y se reúne con Matteo Ricci. Junto a él viaja hasta Pekín, donde consiguen el favor del emperador, que les permite permanecer en la ciudad.
Como Ricci, fue partidario de la introducción del cristianismo acercándose a la cultura, las costumbres y tradiciones de otros pueblos, lo que le permitió avanzar en la expansión del cristianismo en China y ganarse el respeto de las autoridades. Sin embargo, por las crecientes tensiones entre la corte imperial y los misioneros extranjeros, acabó siendo expulsado del país. Pasó sus últimos años en Macao, donde cayó enfermo y falleció en julio de 1618.
A lo largo de los 21 años que pasó en China, Diego de Pantoja se dedicó al estudio de la lengua china, que aprendió muy rápidamente, y de los textos clásicos chinos, adoptando una nueva metodología de aprendizaje de este idioma. Publicó en Pekín nueve obras escritas en chino, entre ellas 'Las siete victorias qikedaquan' (contra los siete pecados capitales).
Diego de Pantoja contribuyó de forma destacada a dar a conocer la China en el mundo occidental. En 1602 escribió una carta al Provincial jesuita de Toledo, Luis de Guzmán, en la que ofrecía todo un tratado sobre la geografía, la historia, la cultura y los sistemas de gobierno chinos. La carta se convirtió en un tratado difundido por toda España y traducido al francés, alemán, latín e inglés. Se trata de una de las más completas descripciones de China escrita por un europeo.
También se le reconocen sus aportaciones al desarrollo de un sistema de transcripción del chino al alfabeto latino y su contribución al desarrollo de la tecnología y la cartografía chinas.
ACTOS EN CHINA
El Instituto Cervantes de Pekín ya acogió el pasado mes de diciembre un primer acto, en colaboración con el Instituto Confucio de Madrid, en el que se presentaron dos publicaciones sobre este tema, entre ellas una recopilación de los textos escritos en chino por Diego de Pantoja.
El próximo mes de mayo tendrá lugar en la plaza de Tiananmen (Pekín), frente a la ciudad prohibida, un concierto con instrumentos de la época de Mateo Ricci Sj y Diego de Pantoja Sj; y durante el próximo mes de septiembre está previsto también en Pekín un simposio internacional sobre Diego de Pantoja y su legado, en la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, en el que colaboran el Instituto Cervantes en Pekín, la Embajada de España, el Instituto Confucio y diversas instituciones académicas chinas.