El arzobispo de Bucarest espera que la visita del Papa aporte unidad entre católicos y ortodoxos

ROMA 29 May. (EUROPA PRESS) -

El Arzobispo Metropolita de la Arquidiócesis Latina de Bucarest, monseñor Ioan Robu, espera que la visita del Papa, que comienza este viernes 29 de mayo, tenga un significado ecuménico y aporte "unidad" entre católicos y ortodoxos.

"Esperamos encontrar un amplio eco del lema de la visita, 'Caminemos juntos', en todos nosotros para nuestra unidad", ha declarado el prelado ante la inminente visita del Pontífice a Rumanía, en el que será su 30 viaje internacional y que se desarrollará del 31 de mayo al 2 de junio de 2019.

Según ha señalado el obispo en una entrevista concedida a Vatican News, Francisco encontrará "una Rumanía más dividida social y económicamente" que hace 20 años, cuando el Papa Wojtyla visitó el país. El Papa argentino es el segundo pontífice que visita Rumanía, tras las huellas de Juan Pablo II en 1999. Sin embargo, también ha precisado que desde un punto de vista religioso, "Rumanía no ha cambiado en estos veinte años".

El país cuenta con unos 20 millones de habitantes, entre los que solo el 7,3% son católicos, frente a un 86% de ortodoxos. La Iglesia Ortodoxa rumana tiene 20 millones de seguidores, entre Rumanía, Moldavia y la diáspora, es la segunda de las iglesias ortodoxas autocéfalas, sólo por detrás de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

"En la vida cotidiana --ha indicado el Arzobispo Metropolita-- las relaciones entre católicos y ortodoxos son muy buenas. En mi archidiócesis, alrededor de la mitad de las familias son mixtas; se vive y se trabaja juntos, nos respetamos unos a otros sin problemas. Estoy convencido de que ese grito "¡Unidad!, ¡Unidad! del Papa Juan Pablo II nunca será olvidado por nosotros los católicos o los ortodoxos, llamándonos a todos a la Palabra de Jesús, que todos seamos uno", ha descrito.

Asimismo, ha señalado que la gran dificultad de Rumanía es la emigración a la que se ven abocados los rumanos ante la falta de oportunidades que les brinda su país de origen. Muchos trabajan en Italia, en España y en toda Europa.

"Esto trae mucho sufrimiento a nuestras familias, porque hay padres que han dejado a sus hijos en casa y que, por lo tanto, se quedan sin mamá y papá --ha lamentado. Hay casos en los que faltan ambos padres, muchos casos en los que uno de ellos está fuera durante mucho tiempo. Las familias, los jóvenes se van por un salario mejor, por un nivel de vida más alto del que Rumanía puede ofrecer".