OVIEDO, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Oviedo ha condenado a tres años de cárcel a un hombre juzgado por agredir físicamente a su expareja en Siero y retenerla contra su voluntad en su domicilio. Además, deberá cumplir los ocho años de alejamiento solicitados por el fiscal.
Según la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, el hombre es responsable de un delito de detención ilegal atenuada por el que tendrá que cumplir 2 años y medio de cárcel, así como de un segundo delito de malos tratos de género, por el que el juez le impone seis meses de cárcel. Por el contrario, la Sala le absuelve del delito de amenazas que le imputaba el Ministerio Público, que solicitaba para él una suma cuatro años y 9 meses de prisión.
Además de la pena de privación de libertad, deberá abonar a la denunciante 3.390 euros en concepto de daños morales. El juicio se celebró el pasado 19 de diciembre en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo.
LOS HECHOS
Según el relato de la Fiscalía, los hechos ocurrieron la madrugada del 20 de febrero de 2010 cuando el hombre recriminó a la mujer que hablara con un amigo en un 'pub'. La respuesta de ésta, que le advirtió que ya no era de su incumbencia puesto que habían roto, hizo que el acusado le propinase un golpe en la espalda.
A continuación, la agarró del brazo, la llevó unos metros por la fuerza y le propinó dos patadas en las piernas derecha que le hicieron caer el suelo. Seguidamente, la arrastró hasta la calle, la empujó al suelo y le quitó el bolso para evitar que pidiese ayuda a través del móvil. Luego, la condujo a su domicilio, y cortó una llamada de la mujer al 112 para intentar pedir ayuda.
Tras mantenerla sentada en la cama durante varias horas, la obligó a ir al cajero y entregarle los 390 euros de los que disponía por un sofá que habían comprado durante la convivencia. Tras recoger sus pertenencias de la carbonera del domicilio, le devolvió las llaves del piso y antes de irse la amenazó con que no dijera nada ni le denunciase porque, de lo contrario, le mataría.
Tras estos hechos y, al menos hasta octubre de 2010 merodeó en las inmediaciones del domicilio y del trabajo, obligando a la mujer a ir acompañada por miedo. Una orden de protección dictada ese mes prohíbe al hombre acercase a menos de 200 metros, así como comunicarse con ella y tener armas.
Acusado y víctima habían tenido una relación de pareja con convivencia desde agosto de 2008 hasta principios de enero de 2010.
