La crisis no acaba con la inmigración y no volvemos a ser país de emigrantes

Actualizado: miércoles, 18 abril 2012 19:16

MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -

La crisis no ha puesto fin al fenómeno de la inmigración y España no se ha convertido en un país de emigrantes aunque actualmente lleguen menos y salgan más, y creer lo contrario es "un error", según los autores del quinto Anuario de la Inmigración en España, cuyo título advierte de que ha llegado "La Hora de la Integración" de la población extranjera.

Así lo han explicado los directores de la publicación, el catedrático de Derecho Constitucional de la UB, Eliseo Aja; el catedrático de sociología de la UCM, Joaquín Arango, y el catedrático de Economía Aplicada de la UAB Josep Oliver, quienes han desgranado el "annus horribilus" para la inmigración que a su juicio ha sido 2011.

Arango se ha referido al hecho de que por primera vez en una década el saldo migratorio en España fuera negativo el año pasado, cuando salieron más personas de las que llegaron al país. En su opinión, si bien "es razonable" destacar esta novedad, "decir que España vuelve a ser un país de emigración es ir demasiado lejos".

"¿Cómo va a serlo si ha acogido en poco tiempo a seis millones de personas y ha registrado una diferencia de 50.000?", ha planteado el experto, para incidir en que el saldo negativo de 2011 "a penas supera el 1% del total de la población inmigrada" a España.

Además, el sociólogo ha incicido en que los países de destino de las emigraciones que se registraron el año pasado fueron principalmehte Ecuador, Venezuela, Argentina y Marruecos, por lo que, según ha dicho, "parece razonable atribuirlo al retorno de nacionalizados que a la emigración española". "La inmensa mayoría son los que se quedan", ha añadido.

Es por eso que para los expertos ha llegado el momento de apostar por la integración, que, en palabras de Arango, "no debe darse por supuesta ni dejarse a la espontaneidad del mercado de trabajo o la sociedad civil" ya que "necesita recursos", aunque actualmente, "éstos no dejan de menguar".

Por su parte, Oliver ha apuntado que es además, imprescindible apostar por la integración porque España "va a necesitar más inmigración" en el medio y largo plazo, por lo que debe sentar las bases para la incorporación normalizada de nuevos ciudadanos cuando llegue el momento.

Según ha explicado, en España se da la "paradoja" de que en este contexto de crisis y con una tasa de paro del 33% entre los inmigrantes no se han producido grandes "estallidos sociales" ni enfrentamientos entre foráneos y autóctonos, mientras la integración "ha continuado" avanzando.

Para el economista, esto se debe a que en realidad, del más de millón y medio de inmigrantes que están en paro, han sido 580.000 los que han perdido el trabajo con la crisis económica, ya que más de 600.000 esaban parados antes de 2008 y 200.000 entraron después en el mercado laboral.

Asimismo, apunta que la crisis no ha generado una mayor competencia entre extranjeros y españoles por los puestos de trabajo, ya que el grueso de los inmigrantes se mueven en una cualificación profesional equivalente a la de peón, lo que ha contribuido a evitar tensiones.

En su opinión, ha influido también a esta "relativa normalidad" de la convivencia que si bien hay 300.000 familias extranjeras con todos sus miembros en paro (700.000 personas), en España viven 2,1 millones de familias inmigrantes que tienen a alguno de sus integrantes trabajando (5 millones de personas).

"La base material de la integración está en la existencia de tres millones de empleos de los que dos millones son de peonaje y que, por tanto, no entran en competencia con los españoles", ha añadido. No obstante, ha advertido de que el empleo inmigrante ha comenzado a destruirse a mayor ritmo que el autóctono durante 2011 y ha señalado que de seguir la tendencia, esta "base" puede verse alterada en 2012.