Los españoles supeditan la ayuda a los países pobres al bienestar interno

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EP/ELCORTEINGLES
Actualizado: viernes, 17 diciembre 2010 18:09

MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -

Una gran mayoría de los españoles apoya las políticas de cooperación con los países menos desarrollados, pero un 70 por ciento piensa, en el actual contexto de crisis económica, que el Gobierno debería priorizar el bienestar interno antes que ayudar a los países pobres, según se desprende del Barómetro 2010 sobre América Latina y la Cooperación al Desarrollo, hecho público este viernes en Madrid.

El sondeo indica también que cada vez son menos los ciudadanos que creen que España se beneficia del trabajo de los inmigrantes y demuestra que, a juicio de los españoles, la principal causa de la inmigración se encuentra en la pobreza y no en las políticas reguladoras españolas. Asimismo, los encuestados consideran que la erradicación de la pobreza no depende tanto de las ayudas al desarrollo como de la eliminación de las políticas que impiden el crecimiento económico de los países pobres.

La encuesta --efectuada entre los días 13 y 20 de septiembre de 2010 entre 2.500 personas de toda España-- revela un "apoyo bastante amplio de la población española" a la cooperación, según declaró este viernes la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, durante la presentación del Barómetro 2010 --elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y la Fundación Carolina-- en el Palacio de Viana de Madrid, una de las sedes del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.

La encuesta, prosiguió, demuestra que el 75 por ciento considera que el "principal problema" que existe en la actualidad en el mundo es la pobreza y la desigualdad entre países pobres y ricos, bastante por encima de otros problemas, como el terrorismo internacional (32 por ciento), las guerras (30) o el cambio climático (28). Asimismo, el 67 por ciento opina que España debe cooperar internacionalmente para ayudar a los países menos desarrollados.

No obstante, el sondeo muestra que el apoyo a las políticas de cooperación ha disminuido en los últimos años, desde el 84 por ciento reflejado en la encuesta de 2005, y que ha aumentado el porcentaje de encuestados que considera que el Gobierno "debe garantizar primero el bienestar de los españoles" antes que ayudar a los países menos desarrollados, desde el 59 por ciento de 2005 al 70 por ciento actual. Esta tendencia, a juicio de Rodríguez, debe "interpretarse en el actual contexto de crisis económica y de sus duras consecuencias".

En ese mismo contexto de crisis, afirmó, debe entenderse la opinión de los españoles sobre la inmigración. La encuesta muestra que el 57 por ciento de los españoles cree que la inmigración beneficia sobre todo a los países de origen a causa de las remesas que envían, frente a un 16 por ciento que opina que favorece sobre todo a España.

En las encuestas de 2005 y 2007, la proporción de ciudadanos que pensaban que España se beneficiaba del trabajo de los inmigrantes era mayor (25 y 28 por ciento), pero este porcentaje ha disminuido progresivamente desde 2008, año en que se declaró la crisis financiera internacional.

El estudio indica también que el 75 por ciento de los encuestados opina que la razón última de la llegada de inmigrantes es la pobreza y la falta de desarrollo en los países de origen y no la situación económica española o las leyes que regulan esta materia en este país.

Según el presidente del CIS, Ramón Ramos, la cuestión de la inmigración está claramente marcada por las opiniones políticas de los encuestados, y mientras las personas de izquierda atribuyen más las causas de la inmigración a la situación de los países de origen, las de derechas las relacionan sobre todo con las leyes existentes en España sobre esta cuestión.

LA EFICACIA DE LAS AYUDAS

El sondeo muestra también que, aunque los españoles apoyan la cooperación al desarrollo, solo el 35 por ciento la considera suficiente para resolver los problemas de los países menos desarrollados, e incluso un 57 por ciento piensa que "sirve poco o nada" a este fin.

En cambio, predomina cada vez más la creencia de que para contribuir al desarrollo de los países pobres la solución pasa por eliminar los obstáculos a la importación de sus productos (el 47 por ciento) antes que por destinar recursos en su ayuda.

Asimismo, la encuesta indica que las empresas españolas "juegan un papel favorable a las relaciones entre España y América Latina", pero un 38 por ciento de los encuestados cree que las compañías de nuestro país actúan en América Latina "con menor grado de responsabilidad" en materia medioambiental o social que en España.