Los estromatolitos hallados en El Soplao son de hace un millón de años y se usarán para estudiar otros de 2.000 millones

Actualizado: jueves, 2 diciembre 2010 17:34

La presencia de las bacterias fosilizadas es "muy abundante", ya que se encuentran a lo largo de un kilómetro y medio de la cavidad

SANTANDER, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los estromatolitos descubiertos en la cueva cántabra de El Soplao datan de hace "al menos" un millón de años y servirán para estudiar otros más antiguos, de hasta 2.000 millones de años, y de composición similar.

El hallazgo, el primero de estas características que se produce en una cueva, destaca también porque los estromatolitos están formados por bacterias fosilizadas.

Se originaron en un antiguo río que discurría por el interior de la galería principal de la cavidad. Las bacterias y otros organismos --arqueas, hongos, algas, etcétera-- usaron el manganeso disuelto en el agua y, gracias a su oxidación, obtuvieron la energía suficiente para vivir en la cavidad, en un ambiente "muy hostil", con ausencia total de luz y, por tanto, sin posibilidades de realizar la fotosíntesis.

Así lo ha subrayado este jueves el científico Rafael Lozano, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y líder de la investigación, durante una visita a la cueva para presentar a los medios de comunicación el yacimiento descubierto en su interior.

Acompañado por el consejero de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria, Francisco Javier López Marcano; la subdirectora del IGME, Diana Alonso; y el presidente de la empresa SIEC Turismo del Nansa, Juan de Miguel, Lozano ha subrayado que la presencia de estos organismos en El Soplao es "muy abundante", ya que aparecen a lo largo de un kilómetro y medio de la cavidad.

En ocasiones, se encuentran recubiertos por sedimentos o por una "costra" de aragonitos, una de las formas cristalinas del carbonato de calcio y que son características de esta cavidad cántabra, donde abundan las estalactitas excéntricas. Muchos tienen, incluso, el núcleo de barro o arcilla, por lo que resulta difícil estudiarlos, ya que "se desmenuzan".

Los estromatolitos --del griego stroma (alfombra) y lithos (piedra)-- son rocas formadas por láminas de carbonatos como resultado de la actividad metabólica de microorganismos, cianobacterias y algas ciaonfícesas.

En El Soplao se encuentran en distintas franjas y a diferentes alturas, lo que evidencia que la presencia de bacterias y otros organismos no fue algo "puntual" en la cueva, sino "muy común" en el pasado.

Además, tienen diferentes grosores, algunos de hasta medio metro, y la concentración en las rocas es "variable", de forma que hay capas "más ricas que otras" ofreciendo así un aspecto "muy irregular".

"COMO UNA CIUDAD"

Según ha explicado Lozano, las rocas con estromatolitos son el "residuo" de la actividad vital de un ecosistema formado por bacterias y multitud de microorganismos, que convivían en "comunidades complejas e imbricadas", como si fuera una especie de "ciudad".

Tienen texturas "nítidas" con marcas "muy visibles". De hecho, en algunas rocas se aprecian incluso líneas que indican la corriente y la dirección del agua del río en el que se formaron.

En su conjunto, los etromatolitos se presentan como "una piedra negra y llena de barro", de ahí que quizá existan en otras cuevas pero no se han investigado por "lo poco estético del material". De hecho, según ha indicado el investigador, "muchas" cavidades del mundo tienen manganeso y agua.

El aspecto "metálico" de algunas rocas --las que tienen menos sedimentos, que son "más bonitas y brillantes"-- hizo pensar, en un principio, que se trataba de guetita o ácido manganeso, pero se comprobó --aplicando unas gotas de agua oxigenada-- que no eran tales minerales.

En este sentido, el científico del IGME ha explicado que la capa del techo fue la que les "guió" en su investigación, ya que es "la más evidente", puesto que el material más abundante es el óxido de manganeso. "Nuestra labor fue bajar del techo al suelo", ha apostillado.

Lozano ha destacado también que los investigadores nunca habían encontrado "una prueba tan clara" de estromatolitos con elementos fosilizados, y sobre todo, con fósiles "en posición de crecimiento", como se aprecia en algunos de los restos que, una vez ampliados, se asemejan a ramas, como si fueran "árboles de navidad". Se trata de bacterias muy pequeñas, de una o dos micras --un cabello tiene cien micras-- pero "muy abundantes".

INVESTIGACIÓN

Por su parte, la subdirectora del IGME ha recordado que el descubrimiento de los estromatolitos ha sido posible gracias al convenio de colaboración entre este organismo, SIEC y el Gobierno cántabro, y ha subrayado que detrás de su hallazgo hay "dos años de esfuerzo", lo que constata que, en este caso, la ciencia ha sido "bastante rápida".

Los estudios han desembocado en unos resultados "brillantes", al igual que ocurrió con el yacimiento de ámbar descubierto en las inmediaciones de la cueva.

El presidente de SIEC ha abogado por continuar el convenio suscrito, por los beneficios que reporta a la cueva en particular y a Cantabria en general, y que son "muy interesantes a nivel mundial".

"EL SOPLAO, MANANTIAL DE BUENAS NOTICIAS"

Finalmente, el consejero de Turismo ha enfatizado que El Soplao es un "fecundísimo manantial" de "buenas noticias" y "sorprendentes hallazgos".

López Marcano ha destacado que la cueva ha recibido desde su apertura, en el 2005, más de un millón de visitas, y ha recalcado, además, que es "muy difícil" encontrar una cavidad "con tantas medidas de seguridad" a la hora de realizar estudios e investigaciones.