Kakoly, superviviente de El Tarajal: "No creo que se haga justicia porque los negros no importamos a los blancos"

Larios, fallecido en El Tarajal
H.M./CA-MINANDO FRONTERAS

Las familias, que tratan de personarse en el proceso, esperan que se depuren responsabilidades por lo sucedido hace ahora un año

MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -

Kakoly es el pseudónimo que ha elegido este joven de Costa de Marfil que en la madrugada del 6 de febrero de 2014 salió de los bosques marroquíes con idea de alcanzar España. Él estaba entre los cerca de 200 que se echaron al mar, junto al espigón ceutí de El Tarajal, donde 15 personas perdieron la vida y él, herido, pudo salvar la suya. Un año después duda que vaya a hacerse justicia en España: "No me creo nada, no me lo creo porque los negros no le preocupamos a los blancos", afirma.

En conversación telefónica y desde un lugar que teme revelar, Kakoly opina por eso que su testimonio de poco serviría al proceso judicial, al que no ha sido convocado, porque no cree que esa investigación vaya a llegar a ningún lugar ni que "los blancos" se fueran a "molestar en investigar" su versión de los hechos. "Después de contarlo seguramente me dejarían en la calle", añade.

Cuando se cumple un año de la tragedia, la lesión en el ojo que arrastra fruto del pelotazo de goma que recibió en la cara, documentado por la ONG Ca-Minando Fronteras con parte médico, no le deja olvidar el desconcierto que sintió cuando vio que la Guardia Civil, "los buenos", disparaba botes de humo y pelotas de goma en lugar de echarse al agua para asistir a los migrantes, "como siempre hacía".

Insiste en que entre los que se tiraron al agua, había muchos que no sabían nadar, pero estando tan cerca de arena española, confiaban en que "la Cruz Roja, la 'guardia' o quien fuera", acudiría en su ayuda. "Pero empezaron a disparar contra nosotros, no para asustarnos o que nos fuéramos, nos disparaban", asegura.

Cuenta que aún así, pensó que había tenido suerte. Dolorido por el golpe y agotado por el esfuerzo consiguió llegar a la playa de Ceuta y ni siquiera trató de escapar, creyó que estaba seguro con la Guardia Civil, pero minutos después los agentes le entregaron a las fuerzas marroquíes, como a otros 22 como él, por la puerta de servicio de la valla.

Una vez en el lado marroquí, le montaron en un jeep y le proporcionaron primeros auxilios. Después estaba en la calle otra vez, sin permiso de residencia en Marruecos y con quince compañeros menos. No ha llegado a contar en su casa, en Costa de Marfil, lo que pasó aquel día, porque "se preocuparían". Lo guarda para sí, aunque no tiene intención de olvidarlo.

LAS FAMILIAS ESPERAN JUSTICIA

Tampoco olvida Frerick, que supo estando en Camerún que su hermano Larios, de 19 años, había fallecido. El suyo fue uno de los cinco cuerpos recuperados por la Guardia Civil en aguas españolas y actualmente, está enterrado en el cementerio de Ceuta mientras su familia, como la del resto, reclama justicia.

En declaraciones a Europa Press, contactado, como Kakoly a través de Ca-Minando Fronteras, explica que en principio tuvo noticia "por unos amigos que llamaron por teléfono", de que Larios "había cogido una embarcación que no había llegado a las costas españolas y estaba muerto".

"Pensábamos que se había ahogado, pero después de los testimonios y la investigación supimos que la Guardia Civil había abierto fuego con balas de goma, y la familia nos enfadamos mucho, buscamos por internet y conocimos después a Ca-Minando Fronteras, que nos ha ayudado a mi y a todas las familias camerunesas", explica.

Esta ONG con sede en Tánger se desplazó a Camerún para facilitar a las familias de los fallecidos como Larios que pudieran personarse como acusación en el proceso judicial abierto en el Juzgado número 6 de Ceuta. No obstante, la personación aún no se ha solucionado a falta de que se resuelva toda una serie de trámites burocráticos para la identificación de víctimas y familiares.

A diferencia de Kakoly, Frerick sí tiene fe en que se hará justicia y espera que se esclarezca quiénes fueron los responsables, pero pide un paso más allá. "El Gobierno español debe revisar su política en materia de inmigración para evitar casos complicados como el que se produjo hace un año, tiene que mejorar su política en todos los sentidos, no atacar a la gente cuando está en el mar y cuando llegan a las costas, si hay que repatriarles que sea de forma más humana", reclama.