El Papa arremete contra los católicos que recitan el Credo, pero viven de la vanidad

Publicado: lunes, 21 enero 2019 16:37

ROMA, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha arremetido contra la mundanidad de los católicos que recitan el Credo, pero viven de la vanidad, al tiempo que ha lamentado que hoy en día esté presente en la sociedad "el espíritu egoísta de la indiferencia".

Francisco ha hecho estas consideraciones durante la Misa que ha celebrado este lunes 21 de enero en la Casa Santa Marta, donde reside habitualmente.

"La mundanidad, la mundanidad arruina a mucha gente. Gente que es buena, pero que se deja llevar por este espíritu de la vanidad, de la soberbia, del hacerse notar. No hay humildad, y la humildad forma parte del estilo cristiano", ha manifestado.

En este sentido, ha criticado la mundanidad del estilo de vida propio de aquellos católicos "que recitan el Credo, pero viven de la vanidad, de la soberbia y del apego al dinero". Para el Papa, esto lleva a creerse "un buen católico". "Hago las cosas, pero no me preocupo de los demás, no me preocupo de las guerras, de las enfermedades, de la gente que sufre, de mi prójimo", ha declarado.

Frente a estas actitudes ha propuesto la humildad propia de Jesús, de la Virgen y de San José. "El estilo cristiano es el de las Bienaventuranzas: mansedumbre, humildad, paciencia en el sufrimiento, amor por la justicia, capacidad de soportar las persecuciones, no juzgar a los demás* Ese es el espíritu cristiano, el estilo cristiano", ha defendido el Pontífice.

Durante su homilía, ha contrapuesto el estilo cristiano al estilo "no cristiano", al que define como un "estilo acusatorio", un "estilo mundano" y un "estilo egoísta". "El estilo acusatorio es el estilo de aquellos creyentes que siempre tratan de acusar a los demás, viven acusando --ha reflexionado--. Siempre descalifican a los demás. Es un estilo de promotores de ausencia de justicia: siempre están intentando acusar a los demás. Pero no se dan cuenta de que es el estilo del diablo. En la Biblia al diablo se le llama 'el gran acusador', que siempre está acusando a los demás".

Por ello, ha invitado a leer las Bienaventuranzas para no "vivir acusando a los demás, buscando defectos ajenos" y ha recordado las palabras del Señor cuando decía a los acusadores que "en vez de mirar la paja en los ojos de los demás, hay que mirar la viga en los propios".

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