Cerca de 13.000 hectáreas han ardido en lo que va de verano en Castilla-La Mancha y, aunque aún no se ha cerrado la campaña de incendios forestales, los daños que las llamas han provocado en la región son superiores a los registrados en ejercicios anteriores. También se han contabilizado un 16% de siniestros más que el pasado año.