MADRID, 23 Sep. (CHANCE) -
Alberto Chicote ha estrenado una nueva temporada de Pesadilla en la cocina por la puerta grande. El chef ha vuelto a enfrentarse al difícil reto de sacar a flote restaurantes condenados a la deriva. Y este primer capítulo, no pudo tener mejor protagonista que la embarcación Némesis.
Fred, un empresario francés, decidió cerrar todos sus negocios para montar este. Él ya tenía un restaurante y un concesionario de motos de agua en Ibiza donde facturaba 4.000 euros pero esta nueva aventura le llamó tanto la atención que decidió apostar por este nuevo negocio. Con una inversión de 5,5 millones de euros, Fred puso como aval a su padre, por lo que si este barco se va a pique su familia va detrás.
Chicote llegó al rescate y lo primero que vio no le gustó nada. Camareras que se marean, un cocinero que hace las labores de marinero y una jefe que no conoce ni la numeración de sus mesas.
Y es que aunque el Némesis vendía idílicos paseos por el litoral de Barcelona mientras degustabas una sabrosa comida, nada de eso era la realidad. Juan, el cocinero/marinero, explicaba a su jefe que sentía que en cada servicio hacían el ridículo. La mujer de Fred también pisó en barco para asegurar que había una notable falta de profesionalidad.
El Chef se puso manos a la obra y cambió el concepto del Némesis. Una carta nueva con platos más adecuados a la cocina marítima y una decoración mucho más estética. Un profundo lavado de cara que consiguió salvar del hundimiento a este barco y a su familia.
