MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Representantes de diferentes organizaciones feministas se reunieron hoy en Madrid para manifestar su apoyo al Proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo del Gobierno y afirmaron que a través de la reforma se persigue una maternidad libre que suponga la "conquista de poder de las mujeres sobre ellas mismas, porque es una conquista de libertad".
El encuentro, que se celebró con motivo de la presentación del número 6 de la Revista Independiente de Pensamiento Feminista Ciudadanas del Mundo' que versa sobre 'Aborto Seguro para una maternidad Responsable, Libre y Sin Distinción de Clases', en el Ministerio de Igualdad, contó con la presencia de la presidenta de la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres, Rafaela Pastor; la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro; la filósofa Luisa Posada; y la presidenta del Colectivo de Jóvenas Feministas, Lourdes Pastor.
En sus distintos artículos escritos en la revista apoyan "sin fisuras" la futura ley y entienden que en España la "derecha" y la Iglesia Católica "no dejan de insistir" en que las mujeres sigan siendo "siervas y esclavas".
En este sentido, la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas afirmó que el reconocimiento de las mujeres a decidir sobre su maternidad supondrá "un derecho al mismo nivel que el derecho al voto o el derecho a la educación".
Besteiro recordó que en España "una mujer fallece cada seis minutos" por haberse producido un aborto en condiciones "inseguras" e insistió en que lo que se pretende con esta reforma es "zanjar de una vez por todas esta cuestión" y dotar tanto de seguridad sanitaria como jurídica a las mujeres y a los profesionales que intervienen en el proceso.
Por su parte, Lourdes Pastor aseguró que no es "pro abortista", ya que consideró que el aborto es algo "duro y no deseable" para las mujeres y por eso animó a "luchar y pelear" para que esto se desarrolle en las "mejores condiciones". Asimismo, insistió en que hasta ahora sólo habían podido elegir sobre su maternidad las mujeres "de clase alta" porque son las que tenían dinero para pagarse una clínica privada o irse a abortar a países del extranjero donde fuera legal.
