MADRID, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
La creciente inseguridad y los cada vez más frecuentes ataques obra de grupos islamistas en Burkina Faso han provocado que el número de desplazados internos en el país se multipliquen por más de cuatro en lo que va de 2018, según los datos publicados por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Según este organismo, a fecha del 30 de octubre había en Burkina Faso 39.731 desplazados internos, una cifra que contrasta con las 8.665 personas que se encontraban desplazadas al comenzar el año.
En los diez primeros meses del año se han registrado 166 ataques, alrededor de un centenar de los cuales han tenido lugar en la región de Sahel, fronteriza con Malí y con Níger y situada en el norte del país.
Solo en el mes de octubre, según la OCHA, se han contabilizado 34 incidentes de seguridad, la cifra más alta hasta la fecha y que contrasta con los diez ataques registrados en el mes de enero.
Otra de las consecuencias de la creciente violencia en el país africano ha sido el cierre de 396 escuelas, lo que ha privado hasta la fecha a 3.309 niños de su educación, según el informe de OCHA.
El norte del país se ha visto golpeado con cierta frecuencia por ataques de grupos islamistas desde 2015, debido a su proximidad con Malí, pero la violencia parece estarse extendiendo en los últimos tiempos también a la región Este, fronteriza con Níger.
