JAEN, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
El comisario de la Policía Nacional de Jaén, Francisco Gil Montero, señaló hoy que desarrollará su labor en la provincia "con normalidad y diálogo".
En declaraciones a los periodistas, Gil subrayó que "entre todos tenemos la función de que la policía funcione lo mejor posible". Así, concretó que "cada uno tiene que aportar para que haya diálogo, coordinación y comunicación", al tiempo que mostró su disposición por "escuchar las peticiones de los sindicatos y sus legítimas reivindicaciones".
En último lugar, el comisario de la Policía Nacional apuntó que tenía "referencias positivas" de la provincia, al tiempo que expuso que el nivel de eficacia de trabajo "es bueno".
Francisco Gil Montero, que se incorporó hoy a la jefatura del Cuerpo Nacional de Policía tras ser designado por la Dirección General de la Policía, es madrileño y tiene 45 años, está casado y tiene dos hijos.
Gil ingresó en la Policía en 1980 y, en su Escala Ejecutiva como Inspector e Inspector Jefe, estuvo destinado en Barcelona y Madrid en distintas áreas operativas y de gestión. Tras superar las pruebas de selección y oposición de acceso a la Escala Superior, ascendió a comisario en el año 2001. Así, ocupó la jefatura de la Comisaría de distrito de Patraix (Valencia) y más tarde la jefatura de la Brigada provincial de Extranjería y Documentación de la Jefatura Superior de Policía de Valencia. En enero de 2003 fue nombrado Jefe de la Comisaría de Algeciras, destino que ha desempeñado hasta fechas recientes.
El comisario de Jaén ha cursado estudios de Derecho, Criminología, Ingeniería Informática y de Administración y Dirección de Empresa. Además, posee numerosos diplomas en distintas disciplinas de especialización policial.
Está en posesión de varias condecoraciones como Cruz de la Orden del Mérito Policial, Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil y Encomienda de Mérito del Ayuntamiento de Algeciras.
Gil llega a Jaén después de que el ex comisario provincial de la Policía Nacional en Jaén Justo Aguilera fuera cesado el pasado 10 de febrero tras varias semanas de enfrentamiento público con los sindicatos policiales mayoritarios, si bien el Gobierno desmintió que el cese esté relacionado con estos hechos.
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