El actor muestra al público el "andamiaje" de sus espectáculos con un "experimento" que ofrecerá cada lunes en el Teatro Cofidis de Madrid
MADRID/SEVILLA, 1 Oct. (EUROPA PRESS) -
Actualidad y humor serán las dos claves de los espectáculos que Rafael Álvarez 'El Brujo' inicia este lunes en el Teatro Cofidis de Madrid y que cada lunes mostrarán al público "el andamiaje" con el que construye sus particulares propuestas escénicas.
Inspirándose en sus trabajos de los últimos diez años, "El Brujo" pretenderá con 'Cómico', ante todo, "hacer reír" a los espectadores y mostrarles curiosidades y la fórmula para armar sus espectáculos. "Voy a improvisar sobre la base de mi repertorio y esto lo mezclaré con cuestiones de actualidad, pero el humor es el eje de todo", ha explicado en la presentación del montaje que, de momento, estará en cartel hasta las navidades.
Así, recordará algunos fragmentos de sus montajes más emblemáticos como 'San Francisco, juglar de Dios', 'El Evangelio de San Juan', 'Lazarillo de Tormes' y explicará lo que significan para él esos momentos de risa, cómo hizo estos espectáculos y para qué y por qué los hizo. "Se trata de entrar en el laboratorio del humor en vivo y en directo con el público porque para mí, esto es también un experimento", ha añadido.
CRÍTICO CON LA POLÍTICA
Lo que ocurre cada día es para "El Brujo" materia prima con la que construir buena parte de sus espectáculos: "La actualidad es inevitable, estoy obsesionado con Rajoy, Rubalcaba y Cándido Méndez, forman parte de mi vida, de mis sueños, son mi pesadilla, como la de todo el mundo", ha afirmado el actor.
Rafael Álvarez ha sido muy crítico con la clase política y especialmente con el presidente del Gobierno, de quien ha afirmado en tono jocoso: "Rajoy es difícil que venga al teatro porque no sabe que existe. Es paracultural. Fue ministro de Educación y Cultura porque iban parejos", ha asegurado.
En este mismo saco, el actor ha metido al Rey don Juan Carlos: "Rajoy y el Rey son un tándem poco proclive a la cultura" ha dicho criticando que el monarca no haya inaugurado "ni una sola vez" alguno de los dos festivales más importantes de España: el de Almagro y el de Mérida.
