SEVILLA, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
La organización agraria UPA en Andalucía ha anticipado este jueves sus "pesimistas" previsiones de cara a la próxima campaña de recogida de aceituna de mesa, que se iniciará a mediados de este mes en Sevilla y a principios de octubre en Málaga y Córdoba, y que, según estiman, durará 30 días menos que la de 2011, y cuya producción experimentará un descenso "del 50 por ciento" como consecuencia de la sequía y las altas temperaturas.
Al hilo de estas cifras, UPA-A ha tachado en una nota de "catastrófica" la situación de la aceituna de mesa, un sector "estratégico" para Andalucía --que cuenta con "el 80 por ciento de la producción nacional"-- y "de vital importancia" para provincias como Sevilla y Córdoba, ya que "en años anteriores generó más de seis millones de jornales y un volumen de negocio en torno a los mil millones de euros".
El secretario general de UPA-Sevilla, José Antonio Méndez, ha recalcado que el descenso de la producción que prevén supondrá también que las peonadas se reduzcan a la mitad en una campaña que "no sobrepasará los 15 días" frente a los 45 días en los que se alargó la de 2011.
En la misma línea, el responsable de Aceituna de Mesa de UPA-A, Lope Ruiz, ha advertido de que el "aumento de precios" que traerá consigo esta situación "no compensará a los agricultores por las mermas en la producción", a quienes, por ello, ha recomendado que "no vendan 'a resultas' y se aseguren de fijar con antelación el precio que van a percibir o establecer un contrato que garantice un precio por encima de su umbral de rentabilidad".
No obstante, UPA-A no prevé que los precios vayan a ser "mucho más elevados" que en años anteriores a consecuencia de los 'stocks' procedentes de otras campañas, algo que, sumado al "calor y la falta de agua", que "afectarán al tamaño y la calidad de la aceituna", llevan a esta organización a recomendar que esa aceituna "se derive a molino".
El responsable de Aceituna de mesa ha aprovechado la ocasión para recordar que su organización "demanda desde hace años la regulación del mercado y los precios justos para los productos de este y otros mercados agrícolas", ya que, en su opinión, "no es normal que los agricultores sólo perciban precios razonables por sus productos cuando hay malas cosechas".
