Una revista científica divulga el respirador COVID de licencia libre en el que han colaborado investigadores aragoneses

Alberto Bayo, Vicente Pesudo, José María Calvo y Alfonso Ortiz, investigadores del Laboratorio Subterráneo de Canfranc, de la Universidad de Zaragoza y del CIEMAT que han participado en el proyecto.
Alberto Bayo, Vicente Pesudo, José María Calvo y Alfonso Ortiz, investigadores del Laboratorio Subterráneo de Canfranc, de la Universidad de Zaragoza y del CIEMAT que han participado en el proyecto. - LABORATORIO SUBTERRÁNEO DE CANFRANC
Publicado: domingo, 11 abril 2021 11:30

ZARAGOZA, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -

El número 33 de la revista 'Physics of fluids' recoge el trabajo desarrollado a raíz de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 por un equipo internacional de investigadores de Física de Partículas destinado a crear un respirador para tratar pacientes graves de la COVID-19 en el que han participado varias instituciones e investigadores aragoneses.

Este respirador o ventilador posee licencia abierta lo que permite a países en desarrollo fabricar sus propias unidades de forma rápida y sencilla y uno de los prototipos se ha construido en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, ubicado en el Pirineo aragonés.

El investigador a cargo de la coordinación técnica del proyecto en España ha sido Vicente Pesudo, del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), que desarrolla su actividad en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, instalación científico-técnica singular que, entre otras áreas, trabaja en la búsqueda de la materia oscura del universo.

Según ha precisado en declaraciones a Europa Press, la empresa Vexos, en Canadá, ha producido y entregado ya 6.000 unidades de este respirador, compañía que ha formado parte del proceso de desarrollo y validación del ventilador, junto a la italiana Elemaster.

La mayor parte del trabajo ha sido desarrollado por un equipo internacional de científicos, que durante el año pasado colaboró en este proyecto y que ha vuelto ya a sus tareas habituales, después de haber publicado los resultados del proyecto e iniciarse la producción.

VENTILADOR MECÁNICO MILANO

Este respirador se ha denominado Ventilador Mecánico Milano y el equipo interdisciplinar internacional que lo ha creado, llamado igualmente Mechanical Ventilator Milano (MVM), ha dado a conocer sus resultados en la revista científica 'Physics of Fluids', de AIP Publishing.

El artículo, titulado 'The novel Mechanical Ventilator Milano for the COVID-19 pandemic' (El novedoso Ventilador Mecánico Milano para la pandemia COVID-19), es de acceso abierto y lo firman más de cien autores, entre los que hay científicos del CIEMAT, de la Universidad de Zaragoza y del Laboratorio Subterráneo de Canfranc.

El proyecto ha estado liderado por Cristian Galbiati, profesor de Física en la Universidad de Princeton y el Gran Sasso Science Institute. Sus otras dos cabezas más visibles han sido el premio Nobel de Física, Arthur McDonald, y el científico senior de INFN Cagliari, Walter Bonivento.

Estos tres científicos son miembros de la colaboración Global Argon Dark Matter, en la que participan la mayoría de las personas que han llevado a cabo esta iniciativa, aportando el conocimiento de los físicos de partículas sobre los sistemas de manipulación de gases, que ha permitido diseñar este respirador de producción masiva y de bajo coste para ayudar a abordar la escasez mundial de estos aparatos generada por la pandemia.

Por lo que respecta al prototipo desarrollado en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, además del CIEMAT han participado la Universidad de Zaragoza, la Universidad Católica de Valencia, médicos del servicio de emergencias de Aragón, el Hospital San Jorge de Huesca, el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón y el Hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

MARZO DE 2020

El proyecto comenzó en marzo de 2020, poco después de que en Italia se decretara la situación de alarma y el confinamiento. Tan solo una semana después, la colaboración MVM ya tenía un prototipo funcional.

El ventilador consiste en una válvula de entrada y otra de salida de gas, junto con una serie de controles y alarmas para garantizar una monitorización adecuada y la adaptación del modo de trabajo de un paciente a otro. Se construye a partir de piezas fácilmente disponibles y se presenta bajo una licencia abierta, lo que permite a los países en desarrollo fabricar sus propias unidades de forma rápida y sencilla.

Tras los primeros prototipos del MVM, se realizaron las pruebas para su caracterización y aprobación. Según el profesor de Física en la Universidad de Princeton, Cristian Galbiati, el objetivo ha sido crear un diseño "lo más simple posible", con un sistema de suministro de aire a través de una sola válvula, así como de salida también a través de una sola válvula.

Debido a que el MVM se ha desarrollado específicamente para pacientes con la COVID-19, tiene una funcionalidad reducida en comparación con los ventiladores habituales, con un diseño más simple que reduce el coste de producción hasta cinco veces, han precisado las citadas fuentes.

El premio Nobel de Física Arthur McDonald, de la Universidad de Queen, ha manifestado que la pandemia "nos sobrevino", contexto en el que la colaboración de físicos de partículas, ingenieros y especialistas en software de centros de investigación, academias e industria ha permitido "aplicar su talento para crear un diseño nuevo y accesible y proporcionar una nueva capacidad de fabricación a nivel internacional para abordar los casos más graves durante la pandemia".

Por su parte el científico senior de INFN Cagliari, Walter Bonivento, ha comentado que para un científico comprometido con la investigación fundamental, como la búsqueda de la materia oscura del universo, "es extremadamente importante dedicar tiempo y experiencia a construir dispositivos que puedan ayudar a mejorar la salud de las personas".

Este ventilador ha sido autorizado para uso de emergencia de la Food and Drug Administration de Estados Unidos y por la Health Canada Medical Device Directorate. Hasta la fecha, se han entregado unas 6.000 unidades a este último país, contemplando la posibilidad de que sean donadas a países en desarrollo.

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