Foto: SUDELEGACIÓN DEL GOBIERNO
La finalidad era que el contrayente regularizase su situación en España, y consecuentemente en la Unión Europea, para adquirir así derechos de permanencia fraudulentamente, para lo cual buscaban mujeres españolas que a cambio de unos 3.000 euros aceptasen casarse por la iglesia con hombres que venían de la India.
Para llevar a cabo su fin, la organización primero captaba a mujeres españolas del entorno en el que residían, a las cuales les ofertaban dinero, y de esta forma obtenían una "bolsa" de candidatas, a la espera de que algún cliente les pagase los 15.000 euros que solicitaban por la boda falsa.
Cuando ya tenían un cliente de la India y contactaba con ellos a través de familiares residentes en aquel país, buscaban una iglesia en donde llevar a cabo el matrimonio, iniciando entonces el expediente matrimonial y aportando todos los documentos que le solicitaban en la iglesia, todos ellos falsificados pero con una apariencia legal.