Fotograma de la película 'Lara'. - SEMINCI
VALLADOLID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los primeros acordes de 'Lara' ya anticipan el profundo y oscuro carácter de la protagonista, incapaz de entablar una relación sana con su hijo Viktor, a quien daba clases de piano, y que, a diferencia de su madre, parece haber logrado llegar lejos en el insondable camino de la música.
Una relación materno-filial tóxica, una protagonista hermética y el esnobismo en torno al mundo de la música son los ingredientes del segundo largometraje del alemán Jan-Ole Gerster, que se ha proyectado este viernes en la 64 edición de la Semana del Cine de Valladolid (Seminci).
Al igual que ya ocurriese en su anterior trabajo, 'Oh Boy' (2012), la película relata 24 horas en la vida de un personaje que vaga por la ciudad de Berlín, en este caso se trata de la inestable Lara (Corinna Harfouch), en el día de su 60 cumpleaños, que además coincide con la noche de estreno de su hijo como compositor.
El carácter impredecible de Lara viene derivado de no haber sabido llenar el vacío que ha dejado el piano tanto en la pared como en su vida. Un hueco en el que se han ido anquilosando todas sus frustraciones, fracasos e intentos desesperados de triunfar, ya sea como pianista o como madre.
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