El calçot recupera el ritmo prepandemia pero el sector sigue a expensas de las restricciones

BARCELONA, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -

El sector del calot prevé recuperar durante esta temporada buena parte del ritmo de ventas y consumo de antes de la pandemia, aunque alerta que dependerá de las posibles restricciones que haya en la hostelería, especialmente entre febrero y marzo.

El presidente del Consell Reguladors de la Indicació Geogrfica Protegida (IGP) Calot de Valls, Dalmaci Clofent, ha asegurado en declaraciones a Europa Press que estos dos meses suponen "el momento de salvar la campaña si todo va bastante bien".

Clofent ha apuntado que hasta el momento las restricciones han obligado a rebajar las expectativas para la actual temporada de 20 millones de calots certificados a unos 17 millones.

Sin embargo, esta reducción de las previsiones significaría quedar cerca de los 18 millones de calots producidos para la campaña 2019-2020 y muy por encima de los 10 millones de la campaña del año pasado.

Clofent ha asegurado que "la campaña pintaba muy bien" pero que la pandemia ha frenado la evolución y se ha sumado a las Navidades, periodo que, ha explicado, siempre es más lento en ventas.

Estos datos coinciden con la recuperación de venta de calots que se ha registrado en Mercabarna y que fuentes de la Associació d'Empreses Majoristes de Mercabarna (Assocome) sitúan en poco más de 3,1 millones de unidades entre el inicio de la campaña y mediados de enero.

Son datos "ligeramente superiores" a los del mismo periodo de la última campaña prepandemia y superiores a los 2,3 millones que se vendieron entre octubre de 2020 y enero de 2021.

LA HOSTELERÍA RECUPERA RESERVAS

El presidente de la Federació d'Hostaleria de la Província de Tarragona (AEHT) en Valls (Tarragona), Joan Mira, ha explicado a Europa Press que las reservas se han recuperado y que los restaurantes han iniciado la temporada con una ocupación de entre el 80% y el 85%.

Además, las previsiones "son buenas" ante la recuperación de las reservas procedentes de Lleida y el Área Metropolitana de Barcelona, que durante la campaña 2020-2021 estuvieron limitadas por los diferentes confinamientos.

El principal problema de la restauración, según Valls, ha sido la limitación de un máximo de diez personas por mesa, ya que "la calotada es una fiesta y fiesta significa gente junta".