TARRAGONA, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Grupo Ecologista de Tarragona y el Ebro (Gete) y Ecologistas en Acción de Catalunya (EeAC) solicitarán al Síndic de Greuges que actúe de oficio ante la posibilidad de que la Generalitat autorice la comercialización de los siluros del río Ebro contaminados, informaron hoy en un comunicado.
La Conselleria de Medio Ambiente autorizó a una empresa de Rumanía --país donde la carne de siluro es muy apreciada-- a pescar estos ejemplares como parte de un proyecto piloto para controlar la población de esta especie en el Ebro, a pesar de que la empresa pretende comercializar este producto en el país centroeuropeo.
Dicha comercialización se haría efectiva únicamente después de realizar los controles sanitarios pertinentes y que, en cualquier caso, si se llegarán a exportar los siluros sería para fabricar piensos y no para el consumo humano, detalló la Conselleria.
Los ecologistas afirman que permitirlo sería una "grave irresponsabilidad" contra la que se debe luchar, ya que la prohibición de la ingesta de siluro no se hizo efectiva y, por ello, existe un "vacío legal" sobre la materia, aseguraron.
Un estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ya alertó de la contaminación del Ebro por debajo del pantano de Flix, debido a la presencia de mercurio y otros materiales tóxicos detectados en la fauna que habita el río.
Los ecologistas recordaron que estos materiales pasan de un organismo a otro cuando se ingiere una especie contaminada, y señaló que hasta la fecha no se ha tenido conocimiento sobre los controles sanitarios que se han efectuado a las más de 3.000 toneladas de siluros que ya acumula la empresa pesquera, listas para su exportación.
El Gete y EaAC aseguraron que son conscientes de la necesidad de erradicar la plaga de siluros del Ebro, pero que ello no debe hacerse a cuenta de la salud de las personas.
El siluro es un pez que procede del norte y este de Europa, introducido en el Ebro en los años 70 por aficionados a la pesca deportiva. El tamaño de esta especie puede superar el metro y medio y su naturaleza carnívora y altamente reproductora, añadido a que no cuenta con depredadores naturales en el Ebro, lo convirtió en una "gran plaga" que transformó "radicalmente" la composición del río.
