BARCELONA, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Festival Neo, que tuvo una primera edición en 2006, renacerá este año del 10 al 13 de mayo con una quincena de propuestas de artes escénicas emergentes que se podrán ver en el La Seca-Espai Brossa, el Teatre Lliure de Montjuïc, el Institut del Teatre y el Mercat de les Flors.
Los directores de estos equipamientos han mostrado este martes en rueda de prensa su satisfacción por la resurrección del certamen, que decidió impulsar el nuevo director del Teatre Lliure, Lluís Pasqual, como una manera de reformular el ciclo 'Radicals Lliure' que impulsó el anterior director, Àlex Rigola.
Pasqual ha reconocido que había infraestructura "pero no dinero", así que se buscó a diversos 'partenaires' y a otras instituciones públicas que también se han implicado: la Conselleria de Cultura de la Generalitat, el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA) y el Institut Ramon Llull (IRL).
El director del festival Neo (Noves escenes obertes) es Jordi Fondevila, que ha señalado que la intención es que se convierta en un escaparate de la escena emergente en Catalunya y el resto de España de cara a los programadores europeos.
Con un presupuesto de 300.000 euros habrá 15 propuestas de creadores establecidos en Catalunya, de las que ya se han desvelado tres.
'Greenwich Art Show', de Macarena Recuerda Shepherd, tratará de vincular emocionalmente a los espectadores a través de fotografías de Nueva York y las historias de cinco mujeres.
'L_ENTES', de Iris Heitzinger y Natalia Jiménez, tendrá una localización muy original, pues en lugar de una sala se representará en la falda de la montaña de Montjuïc, en medio de la naturaleza.
"Físicos y expertos en iluminación sumarán tecnología y naturaleza, lo artificial y lo orgánico", ha avanzado Fondevila de esta propuesta, que tendrá lugar coincidiendo con la puesta de sol.
El tercer espectáculo es 'Pendent de vot', de Roger Bernat/FFF, un montaje que requerirá la participación del público, ya que los espectadores se convertirán en diputados por un día.
El festival, por su ajustado presupuesto, no ha creado una infraestructura organizativa paralela, y sus responsables no se han aventurado a confirmar si habrá una segunda edición el año que viene debido a los continuos recortes en cultura.
