BARCELONA, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Generalitat ha emitido 73.216 informes de extranjería desde que asumió esta competencia en junio de 2011, de los que se han descartado 3.782 por cuestiones burocráticas y han sido desfavorables un total de 5.269, el 8,2%, principalmente por desconocimiento del catalán y por residir en viviendas insalubres o sobreocupadas.
Según datos de la Conselleria de Bienestar Social y Familia de la Generalitat recogidos por Europa Press, los informes de arraigo social --imprescindibles para lograr un permiso de residencia temporal-- protagonizan la mayoría de peticiones que recibe la administración catalana, seguidos por los de reagrupación familiar.
En concreto las cifras acumuladas desde junio de 2011 son un total de 38.947 informes para acreditar el arraigo social, 24.060 para solicitar la reagrupación familiar, 8.341 para renovar la reagrupación familiar y 1.868 para renovar la residencia temporal.
Por demarcaciones, Barcelona concentra la mayoría de expedientes (55.748), seguida de lejos por Girona (8.208), Tarragona (4.560), Lleida (3.330) y Terres de l'Ebre (1.370).
Los principales países de procedencia de los solicitantes de informes son, por este orden, Marruecos, Pakistán, Bolivia, India, China, Honduras, Senegal, Paraguai, Colombia y Gambia, entre muchos otros lugares.
CAEN LAS SOLICITUDES
Los mismos datos de la Generalitat revelan una caída de las solicitudes en 2013, con 5.339 menos que el año anterior: se han registrado 3.613 informes de arraigo menos y una caída de 1.543 informes de reagrupación familiar, aunque han aumentado ligeramente las peticiones de renovación de residencia temporal, con 225 más.
Según la Conselleria, las cifras que constatan una disminución del ritmo de solicitudes "coinciden con un descenso de los flujos de nueva inmigración que se destaca desde la actual crisis económica".
La Generalitat asumió en 2011 la competencia para emitir los informes de extranjería --aunque la potestad de dar papeles es del Estado-- y consensuó con las entidades municipalistas nuevos criterios para que los inmigrantes lograran dictámenes favorables, como las condiciones de habitabilidad de la vivienda y el conocimiento del catalán y castellano.
