CiU promete respetar el proyecto del anterior mandato sobre la cobertura de Sants
BARCELONA, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
La oposición en el Ayuntamiento de Barcelona ha querido evidenciar este viernes en el pleno la que considera una falta de credibilidad y parálisis de la tenencia de alcaldía de Hábitat Urbano, liderada por Antoni Vives (CiU), durante el debate de una proposición del PSC sobre el proyecto de cobertura de las vías ferroviarias de Sants que ha salido adelante por unanimidad.
La iniciativa socialista, que llega tras el malestar vecinal ante los cambios que impulsa Vives sobre el proyecto, incluye respetar el consenso alcanzado con los vecinos en el pasado mandato y el acuerdo de la Comisión de Hábitat Urbano de octubre para recuperar el espíritu del proyecto original, presentar el nuevo a vecinos y partidos, y licitar las obras con la máxima celeridad.
Jordi Martí (PSC) cree que Vives "no convence a nadie" con rampas helicoidales y huertos tecnológicos, y no resuelve la fractura entre la Bordeta y Sants; Eduardo Bolaños (PP), Joaquim Mestre (ICV-EUiA) y Jordi Portabella (UpB) han pedido consenso, resaltando que las obras podían llevar año y medio en marcha tras acabarse el 'cajón' --estructura básica de la cobertura--.
Vives, que ha reprochado al PSC ir por el mundo "con la cerilla en la mano encendiendo todo lo que pueden", ha explicado que había un proyecto básico con problemas a resolver, como hacer las rampas accesibles --incumplían la normativa al tener más del 6% de inclinación--, y ha dicho que los costes de la operación ascienden a 80 millones de euros, y que se necesitarán dos mandatos.
El socialista le ha reprochado que sus decisiones sobre el proyecto han provocado conflicto tras conflicto, y que por un lado acepta volver al origen y por el otro inventa soluciones sin consenso; y Mestre ha considerado que Vives "ha perdido toda credibilidad", valorando su 'sí' como un voto en falso, y le ha preguntado si quería aprobar el proyecto en Comisión de Gobierno sin consenso.
El responsable de Hábitat Urbano ha garantizado cumplir "exactamente" lo que dice la proposición y hacer las licitaciones, y ha pedido responsabilidad a la oposición para que la ciudad salga adelante, afirmando, en referencia a la oposición, que no vale presentar la proposición o apoyarla y después que a uno le tiemblen las piernas a la hora de decidir.
Martí le ha pedido acuerdos, dejando atrás el Vives enrocado que culpa a los otros --le ha replicado que nunca ha encendido a los vecinos--, y el que hace lo que quiere pese a aprobar iniciativas --"Que hayan roto la confianza con todos los grupos muestra que es práctica habitual"--, concluyendo que hay un gobierno con minoría absoluta, débil y de proyectos encallados.
FUSIÓN DE BIMSA
El consistorio ha sacado adelante la aprobación definitiva de la integración en la empresa municipal Bimsa de las de 22@ Bcn, Agència de Promoció del Carmel i Entorns, Pro Nou Barris y ProEixample con el apoyo del gobierno de CiU y el PP --la fusión deriva del pacto presupuestario de 2012 entre ambas formaciones--, la abstención de UpB y el 'no' de PSC e ICV-EUiA.
La socialista Assumpta Escarp ha reprochado a CiU que, al igual que el PP, "les gusta desmantelar todo aquello que es público y la centralización" y, como Janet Sanz (ICV-EUiA), ha citado que se han producido despidos --media decena--; en paralelo, la fusión implicará que en octubre de 2013 se liquide Foment de Ciutat Vella, han concretado a Europa Press fuentes municipales.
También se ha aprobado otorgar la autorización municipal a la Generalitat para vender la casa Burés del Eixample --mediante la redención del censo-- y que se convierta en hotel de lujo, previo pago de los 19 millones de euros que el Govern aún adeuda al consistorio por la compra del edificio, lo que ha recibido el 'sí' de CiU y PSC, la abstención del PP y UpB, y el 'no' de ICV-EUiA.
Además, el Ayuntamiento ha sacado adelante la redistribución de la inversión del complejo de equipamientos del Guinardó, cuyas obras llevan paradas desde mayo y se prevén retomar en enero, lo que retrasa un año su finalización, que ahora se sitúa en 2014; este punto ha contado con el apoyo de todos excepto el PP, que ha votado en contra, precisamente por el retraso de los trabajos.
