BARCELONA, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Lleida, Àngel Ros, ha abogado este lunes por que el PSC negocie con el PSOE como articula su "voz propia" en las Cortes para evitar que se produzca una ruptura del socialismo en Catalunya.
En declaraciones a los periodistas antes de participar en un almuerzo coloquio organizado por la Cámara de Comercio de Barcelona, ha subrayado la importancia de mantener unido el proyecto socialista en Catalunya.
Por ello, Ros se ha mostrado abierto a postergar su apuesta de un grupo propio del PSC en las Cortes para más adelante si así se evita un debate enconado que pueda fracturar a los socialistas.
Pese a reivindicar su apuesta por el grupo propio, ha reconocido que la decisión sobre cómo se articula "la voz propia" del PSC debe tomarse negociando con el PSOE, y ha situado entre el abánico de posibilidades la creación de un subgrupo dentro del grupo socialista y la libertad de voto de los diputados catalanes en aquellos aspectos que afecten directamente a Catalunya.
Aunque el nombre de Àngel Ros aparece en todas las quinielas como candidato a asumir la primera secretaría del PSC tras el congreso de otoño, ha asegurado que "ahora es momento de debatir ideas", y ha dejado en función del rumbo ideológico que tome el partido la posibilidad de postularse para liderar la formación.
Ros, que ha afirmado que, de asumir cualquier cargo en la dirección del PSC, "en ningún caso" abandonaría la Alcaldía de Lleida, ha apostado por que los socialistas catalanes pugnen con CiU por recuperar la centralidad política y se conviertan en el eje del catalanismo progresista.
CAMBIOS EN LA LEY ÓMNIBUS
El dirigente socialista ha saludado el acuerdo alcanzado este lunes entre PSC y CiU para negociar la ley ómnibus, y se ha mostrado convencido de que la colaboración de los dos grandes partidos catalanes servirá para mejorar aquellos aspectos positivos del proyecto, y modificar los más negativos.
Ros, que obtuvo el encargo del candidato del PSOE a las elecciones generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, de colaborar en su programa de inmigración, ha abogado por fomentar la cultura "de los derechos y deberes", y por preservar la preeminencia de valores como la libertad, la igualdad y la solidaridad por encima de cualquier consideración cultural.
