Salvayre evoca el "tiempo libertario" del verano del 36 en la novela 'No llorar'

La escritora francesa de origen español Lydie Salvayre
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 15 septiembre 2015 14:45

   BARCELONA, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -

   La escritora francesa de origen español Lydie Salvayre (Autainville, 1948) evoca en la novela 'No llorar' (Anagrama) el "tiempo libertario" de agosto de 1936, tras estallar la Guerra Civil, a través de la historia de su madre, quien a los 15 años se marchó de su tierra natal, Lleida, a Barcelona con su hermano anarquista.

   En rueda de prensa este martes junto al editor de Anagrama Jorge Herralde, Salvayre ha explicado que el motor que la empujó a escribir fue la lectura del libro sobre la Guerra Civil 'Los grandes cementerios bajo la luna', de Georges Bernanos, un texto con una oscuridad terrible que fue "un golpe" para ella.

   La novela, ganadora del Premio Goncourt, conjuga los recuerdos autobiográficos de Montserrat Monclús --su madre-- con la narración de la estancia de Bernanos en Mallorca y el proceso de escritura del citado libro --la condena de un católico durante la represión fascista--, además de introducir una parte ficcionada sobre dos jóvenes, uno comunista y otro anarquista.

   "Mi madre vivía en un pueblo alejado de todo y no conocía nada: ni el mundo, ni el sexo ni el amor", ha expresado Salvayre, al señalar la felicidad personal y colectiva de esos meses de entusiasmo y juventud total que se vio troncada por la llegada de la dictadura franquista y el exilio posterior a Francia de su familia.

   Ha señalado que sus padres --que estuvieron en un campo de concentración del sur de Francia en febrero de 1939-- vivieron muchos años en Toulouse con el convencimiento de que iban a regresar a España tras su exilio: "Mi padre le decía a mi madre que comprara muebles".

   Salvayre ha querido plantear en este libro --traducido al catalán y al castellano-- la cuestión de la utopía, que "para unos es irresponsable y precaria, y para otros daba sentido a la vida para avanzar", y ha añadido que el libro rehúye el sentimentalismo lloroso y evita ser trágico.

LA LENGUA MATERNA: EL 'FRAÑOL'

   También reflexiona sobre la lengua, ya que su madre le hablaba 'frañol', una mezcla de catalán, castellano y francés: "Me parecía una libertad ante la lengua dominante; es una forma de decir: yo no me doblo ante el lenguaje obligatorio, que es el francés".

   "Me gusta andar entre la orilla del clasicismo y la barroca --el mal hablar de la literatura y de mi madre--", ha sostenido al mencionar que el catalán es más polifónico y utiliza muchas más palabrotas que el francés que es una lengua muy clásica, limpia y pasteurizada.

   "Ayer comí con una librera y dijo 'collons' (cojones) y me emocionó porque mi madre también lo decía y no lo había escuchado en años", ha explicado Salvayre que con este libro rescata la historia de su madre que cuando era niña no la reconocía porque quería ser una niña normal.

   Herralde ha indicado que los personajes están muy bien diseñados además de agregar: "No hay un tratamiento maniqueo de los personajes, sino empatía para entender su psicología", ha subrayado.