VALENCIA, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las bodas se han reducido un 40 por ciento en la Comunitat Valenciana por la crisis y la cifra de invitados ha descendido en 100 de media, pasando de 225-250 comensales de hace unos años a no más de 125-150.
Así ha constatado el Observatorio de la Crisis en el sector de los eventos y celebraciones, llevado a cabo por la Asociación de Empresarios de Salones de Banquetes y Convenciones de la Comunidad Valenciana (Aesava) con el fin de canalizar las propuestas y proyectos empresariales del sector, según informaron fuentes de la organización en un comunicado.
Este Observatorio llegó a la conclusión de que el sector está "a la baja", porque la crisis está llevando a los clientes a que opten por realizar menos celebraciones. En este sentido, el volumen de negocio ha descendido ya más de un 40 por ciento. Según Aesava, existe una "desconfianza" de los clientes hacia la crisis económica, por lo que esta asociación considera que los dos próximos años "van a ser decisivos en la continuación de las empresas del sector".
Asimismo, subrayó que la carga financiera es alta en algunas empresas del sector, por la inversión en tecnología, adaptaciones a la legislación vigente y la competitividad, lo que "impiden reaccionar aumentando los precios". Por ello, "las empresas del sector tienen que tomar medidas, a veces no agradables, para hacer frente a una crisis que cada vez afecta más a este sector", resaltó.
La tendencia de reducir número de comensales ha provocado la reducción de las compras, de las reservas y, sobre todo, de la reducción de las plantillas de las empresas del sector, puesto que uno de los costes más altos en la empresas de eventos y celebraciones, es la partida referente a coste laboral.
Las empresas del sector se ven abocadas a "plantearse medidas de reducción de plantilla, despidos, expediente de regulación de empleo y reducción de contrataciones de personal, a todo ello, el sector tiene que soportar una competencia desleal por parte de locales y establecimientos sin licencia, que incumplen los horarios de cierre y sin soportar las cargas fiscales, administrativas ni las medidas sanitarias tan estrictas que sufren los salones", añadió Aseasa.
Para la entidad, este volumen de negocio que se desvía de las actividades que representamos los situamos en una horquilla entre un 20 y 25 por ciento lo que supone "un daño económico muy cuantitativo" para el sector.
Respecto a la "incipiente guerra de precios" entre empresas, la asociación recomienda no entrar en esas políticas del "todo vale" dado que, a la larga, suponen "un daño irreparable a la actividad y, al final, no son la solución" puesto que "al cliente se le debe ofrecer calidad, servicio y justo precio".
"Otra cosa son las ofertas del todo incluido, que bien gestionadas y con los estándar de calidad adecuados pueden ayudar", resaltó la entidad, quien, no obstante, recomendó, previamente a estas políticas, "el estudio y valoración adecuada, dado que en estos casos la sabiduría y prudencia son muy buenas consejeras".
