Cultura.- Un libro describe el nacimiento de la cultura del viaje en el siglo XIX valenciano

Actualizado: miércoles, 29 noviembre 2006 11:50

VALENCIA, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los historiadores de la Universitat de València Anaclet Pons y Justo Serna han publicado el volumen 'Diario de un burgués', la primera entrega de la colección 'Los libros de la memoria' en la que se describe el nacimiento de la cultura del viaje en el siglo XIX valenciano. La presentación de la obra se llevará a cabo esta tarde, a las 19:30 horas en la Real Sociedad de Agricultura y Deportes de Valencia, en un acto que contará con la presencia del ex conseller de Cultura Fernando Villalonga, la historiadora Isabel Burdiel y el Marqués del Turia, Tomás Trénor, según informaron hoy fuentes de Gratacels Edicions.

El libro se basa en el diario de José Inocencio de Llano White (1828-1906), descendiente de un alcalde de la ciudad y miembro de una distinguida familia de comerciantes de la época. Este texto, depositado en el Archivo Municipal de Valencia, daba cuenta de los múltiples viajes que este valenciano realizó durante el siglo XIX, viajes de iniciación a la mundaneidad europea, a las grandes capitales como Londres y París, pero también viajes necesarios para desarrollar el conocimiento del negocio comercial desde una ciudad, Valencia, conectada ya a Europa.

Justo un siglo después de la muerte del protagonista, dos jóvenes y renovadores historiadores de la Universitat de València, Justo Serna y Anaclet Pons, recuperaron el manuscrito y estudiaron en profundidad los datos concretos y el contexto de la época de aquellos comentarios que daban cuenta de una cultura muy precisa, la de la burguesía valenciana del siglo XIX que ostentó la iniciativa de los procesos comerciales e industrializadores en un momento de grandes cambios, cuando en cuestión de pocos años el mundo conoció la llegada del telégrafo y el teléfono, la luz eléctrica, las conducciones de gas, el ferrocarril e, incluso, el automóvil.

Fruto de ese trabajo de investigación es el libro que ahora ve la luz, escrito a modo de un relato sobre el devenir decimonónico, y que plantea tanto una actualización de los modos de narrar la historia como un nuevo enfoque sobre la realidad de una ciudad y sus protagonistas en un periodo de enorme trascendencia.

'Diario de un burgués' ofrece una panorámica sobre la Europa del siglo XIX vista por un valenciano distinguido y describe un mundo ya desaparecido pero muy semejante al nuestro actual, una Europa refinada en la que se edificaban lujosos hoteles, en la que se abrían restaurantes de buen tono, en la que se levantaban los balnearios más elegantes.

Por las páginas de esta obra transita una demografía populosa de personajes ilustres (de turistas a políticos, escritores o artistas) y no es raro que el lector tropiece con apellidos valencianos de mucho postín, linajes de entonces algunos de los cuales aún sobreviven, como Trénor, Morand, Lassala, Caruana, Paulín, Palavicino, Campo.

Los viajeros decimonónicos como Llano White, que hasta bien surcado el medio siglo no se hicieron al naciente y más confortable ferrocarril, debían adaptarse a largas travesías en incómodos carruajes, un tortuoso itinerario que, sin embargo, recibía finalmente la agradable recompensa de los grandes hoteles que la civilización burguesa había empezado a erigir en las capitales europeas más poderosas.

LUJO

Viajar, por lo tanto, se convirtió a mediados del XIX en un necesario sacrificio para conocer mundo pero no desde una perspectiva geográfica ni siquiera por regusto historicista, como en la época del Grand Tour. El mundo que se quería conocer era el del lujo y el desarrollo. Londres, París, Viena se convertían en populosas ciudades en cuyo seno se desarrollaban atractivas actividades nunca vistas ni conocidas hasta entonces incluyendo las grandes Exposiciones Universales.

A través de una cómoda red de nuevos hoteles, restaurantes, teatros o sanatorios, la estancia en las poderosas capitales europeas se convertía en una agradable alternativa vital para las clases privilegiadas pero, también, en fuente de conocimiento sobre las novedades industriales y tecnológicas del XIX.

A ese impulso burgués y urbano se sumó la monárquica Madrid de entonces y la fabril Barcelona, pero también Valencia, cuyas redes comerciales se extendían ya entonces por las principales capitales de Europa. Uno de esos comerciantes acomodados llegó a alcalde de la ciudad y decidió educar a su hijo, José Inocencio de Llano, en la cultura del viaje.

Los cuadernos-diarios de ese vástago constituyen ahora un extraordinario libro, pues el 'Diario de un burgués' no es sólo una delicia narrativa que se desarrolla entre numerosas ilustraciones de la época, sino toda una fuente de documentación y conocimiento para establecer la genealogía de lo que hoy mismo somos. Pons y Serna, en suma, nos relatan un mundo precedente pero de evocaciones más que actuales. El libro es una "pequeña joya para saber de dónde venimos, en especial los valencianos", aseguraron.