Cultura.-Simeón Sáiz Ruiz denuncia la violencia en la guerra de los Balcanes con una muestra accesible a personas sordas

Actualizado: jueves, 29 mayo 2008 17:42

VALENCIA, 29 May. (EUROPA PRESS) - El artista Simeón Saiz Ruiz inaugura hoy en el edificio histórico de La Nau de la Universitat de València la exposición 'J'est un je', en la que el creador muestra a través de su particular técnica imitativa del píxel televisivo el horror que supuso la guerra en los Balcanes. La muestra, que se podrá visitar hasta el 31 de agosto, tiene además la particularidad de ser una de las pocas en España accesible a las personas sordas gracias a un servicio de intérpretes de la lengua de signos.

La selección, que fue presentada hoy, forma parte de las actividades del Patronato Martínez Guerricabeitia, que inicia con esta muestra una nueva línea expositiva dedicada a los ganadores de la Bienal Martínez Guerricabeitia --Saiz Ruiz lo consiguió en 1999--, según el director del organismo, Vicente Sanz.

La primera exposición que Simeón Saiz Ruiz celebró con el título de 'J'est un je' fue en 1996 por lo que lleva más de una década trabajando en esta serie de cuadros sobre las guerras de los Balcanes que se basan en las imágenes de prensa y televisión que aparecieron durante la contienda.

Los cuadros de Saiz Ruiz, en sus inicios, imitaban el ilusionismo propio de la fotografía y el vídeo desde procedimientos propios a la pintura, para ir derivando "de una forma lógica y natural" hacia la imitación del píxel de la televisión. Este cambio estaba propiciado por la importancia que adquirió para el autor "enfatizar el carácter documental de las fuentes".

La exposición, coproducida entre la Universitat de València, la Universidad de Salamanca y la Junta de Castilla-La Mancha, permite mostrar la serie con una amplitud que el pintor no ha podido realizar hasta ahora.

Así, en la Sala Martínez Guerricabeitia se exponen 19 piezas, la mayoría de ellas de gran formato. Las imágenes procedentes de la prensa y la televisión son refotografiadas, situadas en cada una de las diez posibles inclinaciones respecto al objetivo de la cámara, que van desde una visión casi rasante hasta una posición frontal. Este método da lugar a todo un abanico de deformación de la imagen desde una compresión casi límite de las formas, que las hacen irreconocibles, hasta la imagen original sin ninguna deformación.

La dificultad del reconocimiento y la imposibilidad que la imagen abandone al espectador una vez se ha llevado a cabo el reconocimiento, se convierte en tema central de la obra. Mediante este recurso el autor pretende que al público "le sea difícil desentenderse de las imágenes, todas de víctimas del conflicto".

Además, el creador no enjuicia los agentes en el conflicto ni distingue entre víctimas, todas ellas civiles, sino que más bien dirige la atención hacia la recepción del espectador y cómo ésta pone en tela de juicio las propias convicciones acerca de la violencia. Al final, la obra pretende condenar el horror de la guerra civil y disuadir el espectador de usar la violencia en aras de una identidad, sea esta la que sea, la de un estado, una nación, una cultura, una religión, una raza, una clase o un género.

PROYECTO PIONERO

La muestra ofrece también la posibilidad de participar en un proyecto pionero de visitas con intérpretes para las personas sordas pionero que se ha materializado por medio de de un acuerdo con la Federación de Personas Sordas de la Comunitat Valenciana (Fesord) i de la Fundació Fesord CV, y con el patrocinio de Ibercaja.

Según declararon los responsables, este programa piloto pretende "suplir una carencia que hay en el mundo del arte, puesto que, a pesar del incremento de la oferta cultural, tanto en la ciudad como el resto de España, las iniciativas que contribuyen a integrar las personas con discapacidad auditiva son muy exiguas".

Agregaron que esto ocurre pese a la cantidad de personas afectadas, alrededor de 900.000 personas presentan en España una discapacidad auditiva y, de estas, 200.000 son sordas.