García-Gasco tendrá como misión asistir y asesorar al Papa, además de participar en el cónclave sucesorio

Actualizado: jueves, 22 noviembre 2007 14:00

VALENCIA, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, tendrá como principal misión en el colegio de cardenales, una vez sea creado cardenal en el consistorio del próximo sábado en Roma, la de "asistir, ayudar y asesorar al Papa tanto individual como colegiadamente, atendiendo su solicitud pastoral", así como asumir la responsabilidad de elegir al Sumo Pontífice por fallecimiento o renuncia del anterior en caso de cónclave, según informaron fuentes del Arzobispado en un comunicado.

El rango de cardenal "es el más alto en la jerarquía de la Iglesia Católica después del Papa", según señaló el historiador valenciano Vicente Cárcel, vicario episcopal para los sacerdotes valencianos residentes en Roma.

Igualmente, el Pontífice "también puede pedir consejos específicos a un cardenal, encomendarle la resolución de ciertas cuestiones o que actúe en su representación en determinados actos".

De acuerdo con el 'motu proprio' 'Cum ingravescentem aetatem' de 1970 y las constituciones apostólicas 'Romano Pontifici Eligendo' de 1975 y, la más reciente, 'Universi Dominici Gregis' de 1996, todo cardenal pierde su condición de elector para el cónclave el mismo día en que cumple los 80 años.

Igualmente, el Código de Derecho Canónico, promulgado por el papa Juan Pablo II en 1983, afirma en el canon 351, que los cardenales son elegidos libremente por el Papa, entre varones (normalmente obispos, aunque también pueden ser simples sacerdotes) que "destaquen notablemente por su doctrina, costumbres, piedad y prudencia en la gestión de los asuntos".

Dado que en sus orígenes los cardenales eran clérigos al servicio de la diócesis de Roma, a cada cardenal designado por el Papa se le asigna un obispado sufragáneo, llamado "suburbicario", o un título presbiterial o la diaconía de un templo de la ciudad de Roma.

En la actualidad, existen tres clases de cardenales u órdenes: los cardenales obispos u orden episcopal, a la que pertenecen los cardenales titulares de Iglesias suburbicarias o diócesis sufragáneas de Roma; los cardenales presbíteros u orden presbiterial, compuesto por obispos diocesanos de diversas partes del mundo, a los cuales se les asigna el título de una iglesia de la urbe, entre ellos, el arzobispo de Valencia; y los cardenales diáconos u orden diaconal, al que pertenecen purpurados con cargos de gobierno en la Curia romana y también los cardenales que con dispensa del Papa no reciben la ordenación episcopal o no tienen sede residencial.

Actualmente, el número de los componentes del colegio cardenalicio es variable. En principio, la única limitación establecida figura en el número 33 de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis que señala que el número de los electores no debe superar el de 120 en el cónclave y establece el límite de edad para acceder al mismo.

CONFIGURACIÓN HISTÓRICA DEL COLEGIO.

El origen de esta institución de gobierno se encuentra en "estrecha" relación con el presbiterio romano y con la función de asistencia al Obispo de Roma en los servicios litúrgicos y en el gobierno de la Iglesia, según indicaron fuentes del Arzobispado.

A partir de 1059 los cardenales intervienen en la elección del Pontífice junto al resto de clérigos y laicos de Roma y, desde el concilio Lateranense III, de 1179, "como exclusivo cuerpo de electores del Papa".

Además de las funciones de cuerpo consultor del Papa, desde el siglo XI al XVI, las reuniones en consistorio del colegio cardenalicio tenían funciones ejecutivas de gobierno respecto a la Iglesia Universal.

Sixto V puso fin a este sistema de gobierno cuando instituyó la Curia romana sobre la base de 15 congregaciones permanentes encomendadas cada una a un cardenal. En 1586 Sixto V estableció el número de 70 cardenales. Ese número se modificó, por primera vez, en el pontificado de Juan XXIII.