CASTELLON, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores de la Univesitat Jaume I (UJI) de Castellón ha creado una instalación experimental de producción de frío que emplea dióxido de carbono (CO2) como fluido refrigerante. La generalización del uso del CO2 permitirá reducir el efecto invernadero a que contibuyen los gases artificiales que actualmente se utilizan en refrigeración cada vez que una fuga los libera al ambiente, según fuentes de la institución académica.
A diferencia de los gases artificiales que ahora se emplean, el CO2 no se fabrica expresamente, sino que se extrae directamente de la atmósfera. La idea es que, en caso de fuga, se devuelva al ambiente el gas que previamente se sacó de éste, "ni una molécula más", explicaron estas fuentes.
Los beneficios de la sustitución de un gas por otro son mayores porque los refrigerantes artificiales tienen un potencial de generación de efecto invernadero 1.700 veces superior al dióxido de carbono, es decir, que por cada molécula de fluidos artificiales se necesitan 1.700 moléculas de CO2 para conseguir el mismo grado de contribución al calentamiento global, según dichas fuentes.
El único problema es que los refrigerantes artificiales son más eficientes que el CO2, lo que significa que para generar una misma cantidad de frío el CO2 exige un mayor gasto energético. La investigación de la UJI está financiada por la Generalitat Valenciana y la empresas Frostrol.
