BUCAREST, 9 May. (EUROPA PRESS) -
Los dos capitanes del Atlético de Madrid, Antonio López y Gabi, fueron los encargados de levantar al cielo de Bucarest el trofeo de Europa League, después de imponerse al Athletic Club por 3-0 en una final que siempre estuvo controlada por los colchoneros.
Al final del encuentro los jugadores del conjunto colchonero se fundieron en un emotivo abrazo y fueron corriendo al fondo norte, donde se ubicaba gran parte de la afición rojiblanca. Simeone, sólo al lado del banquillo, vivió al margen de la plantilla la celebración.
Cada jugador con una bandera representativa de su lugar de origen (Falcao y Perea con la de Colombia; Adrián con la de Asturias, Assuançao con la de Brasil...) no dejaron de festejar sobre el césped con botellas de champán y bufandas del Atlético.
Juanfran, que saltó al césped con su hijo, fue el primero en abrazarse con su familia y Falcao no dejó de mirar a la grada hasta encontrar a los suyos. Antonio López, que es uno de los seis supervivientes de la final de Hannover, fue el encargado de levantar la Copa al cielo de Bucarest.
Sin embargo, el capitán atlético --que dejará la ribera del Manzaneras a finales de temporada-- no quiso que todos los focos le apuntasen a él. El lateral izquierdo pidió a Gabi que alzasen la Copa entre ambos, un bonito gesto del veterano defensa.
A posteriori el equipo bajó las escalerillas del estadio rumano y celebró en el campo el título conseguido. En ese momento, el Cholo Simeone, que recordó el orgullo atlético, bailó con los suyos y agradeció --señalándose el corazón-- el esfuerzo de su afición para acompañerles en Bucarest.
