LONDRES (INGLATERRA), 28 May. (EUROPA PRESS) -
El FC Barcelona recordará para siempre con cariño a Londres y a uno de sus emblemas deportivos, Wembley, sobre el que los blaugrana han cerrado esta noche un ciclo al ganar su cuarta Liga de Campeones de la historia y rememorar aquella mágica noche de 1992 donde en el viejo estadio se saldó una histórica deuda.
Los blaugrana, uno de los clubes históricos del 'Viejo Continente', emblema del fútbol ofensivo y asociativo desde el 'Dream Team' hasta el actual, no pudieron sumar su primera Copa de Europa hasta 1992.
Previamente, la mala suerte se cebó con los culés en la final de Sevilla 1986, perdida en la tanda de penaltis contra el sorprendente Steaua de Bucarest rumano, y más aún en la final de 1961 en Berna (en la Suiza del fundador del club, Joan Gamper).
El Benfica de 'La Perla Negra' Eusebio se impuso en la recordada por los aficionados como 'la final de los postes cuadrados', debido a cuatro tiros que acabaron en el palo (3-2). El Barcelona rozó el gol del empate o posible victoria en un disparo del gran Laszlo Kubala que se paseó por la línea de gol.
No obstante, Wembley puso su magia a disposición de los catalanes en una bonita y disputada final contra la Sampdoria italiana. El 'Dream Team' de Johan Cruyff, como el actual, maravillaba con su fútbol, y acabó con la mala racha y la famosa 'deuda histórica' del deporte rey con la entidad barcelonista.
Pero si Iniesta, autor del gol de Standford Bridge que trajo el pase a la final de la tercera, hace olvidar a su ídolo Laudrup, Messi es más letal que la mejor versión de Stoichkov, Piqué mejor líder de la defensa y asistente que el héroe Koeman y Valdés más 'Zamora' que Zubizarreta, por citar a las cuatro líneas, cómo no iba Wembley a volver a premiar a este equipo, que tiene a Josep Guardiola en el nexo entre los dos mejores Barça de la historia. El de Santpedor la ganó primero como jugador, ahora repite como entrenador en el heredero feudo londinense.
Con la victoria de esta noche sobre el Manchester United, segunda tras la final de Roma 2009, los blaugrana cierran ciclo, pasan página hasta que el destino decida volver a juntarles con Wembley en una final europea. Quién sabe si habrá un tercer estadio, más moderno, en el que un Guardiola presidente pueda hacer lo nunca hecho; ganar una 'Champions' como jugador, entrenador y dirigente del club de sus amores. Tiempo al tiempo.
