MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las entidades financieras y aseguradoras invierten una media de 800 euros anuales por trabajador en formación, lo que supone el 1,72% de la masa salarial y una dedicación de 51 horas al año al aprendizaje, según el grupo de Responsables de Formación de Entidades Financieras (GREF).
Para estas entidades la inversión en recursos humanos es uno de los elementos clave en la diferenciación de sus servicios, siendo la formación de los empleados en aspectos relacionados con el análisis del riesgo y las ventas su principal apuesta ante el entorno de desconfianza que viven.
"El nuestro es uno de los sectores que más recursos dedica a la formación continua de su capital humano, algo que además resulta un factor de atracción significativo para el propio empleado y ayuda a fidelizarle en la entidad", explicó hoy el presidente de GREF, Francisco Segrelles, en una jornada sobre 'El departamento de formación ante la crisis'.
Según Segrelles, "gran parte de la plantilla de las entidades financieras está compuesta por personal joven y bien formando pero que, en general, no tiene experiencia en cómo actuar ante la labor comercial que tenemos que afrontar en la actual situación de recesión económica".
Por ello, Segrelles considera oportuno volver a los cursos de ventas y análisis del riesgo "con rigor y profesionalidad", al tiempo que recomienda "ética y honestidad en la labor comercial" como receta para que el cliente "recupere la confianza perdida".
Este último aspecto es especialmente destacado por la decana de la Facultad de Economía, Derecho y Empresariales de la Universidad Europea de Madrid, Águeda Benito, quien señaló que "a través de estos valores se fomenta, por un lado, la confianza en el sistema financiero y en consecuencia su estabilidad y, por otro, el crecimiento económico".
Durante la jornada se puso de manifiesto que el 29% de las horas dedicadas a la formación en estas instituciones durante 2007 se realizaron untilizando la metodología 'online', un porcentaje tres veces superior al de 2002.
Las metodologías virtuales, a la que las entidades financieras dedicaron el 15,9% de la inversión, son las elegidas entre los empleados no directivos y los de segundo nivel, mientras que cerca del 60% de los dirigentes de primer nivel prefieren la formación presencial.
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