MADRID, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
La desestacionalización del consumo de helados permitirá este año mantener el nivel de ventas en línea con el pasado ejercicio, en el que el consumo alcanzó los 334 millones de litros y alrededor de ocho litros per cápita, según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Helados (AEFH).
De hecho, los meses en los que se registraron mayores niveles de crecimiento de consumo en 2007 fueron los de invierno, con un aumento del 13% en enero, un 15% en febrero y un 4% en diciembre.
Igualmente, según la AEFH, el 44,8% de la población declaró haber consumido helados en invierno en los últimos años, lo que permite a los fabricantes evitar la concentración de ventas en un único momento del año, y en consecuencia, minimizar la repercusión negativa de la climatología en las ventas.
Una de las razones que ha contribuido a este fenómeno es que los españoles cada vez integran más el helado en su dieta, por lo que las ventas en supermercados y restaurantes registraron un crecimiento constante.
De esta forma, el consumo fuera del hogar, que incluye el canal de impulso (kioskos y heladerías) y el de restauración, se situó en 2007 en 217,5 millones de litros, frente a los 116,5 millones de litros que se consumieron dentro del hogar.
Según estuimaciones de la AEFH, la tendencia del consumo dentro del hogar y en los restaurantes durante 2008 continuará en crecimiento, mientras que la del canal de impulso se mantendrá.
A lo largo de los últimos años, Levante ha sido todos los veranos la región de mayor consumo, ya que el 93% de los habitantes de la zona declaró haber consumido helados al menos una vez. Muy de cerca le siguen Cataluña y Aragón y la zona Norte (Cantabria, País Vasco y la Rioja).
Sin embargo, durante el invierno son Cataluña y Aragón las regiones donde la población consume helados en mayor medida. Concretamente, un 52% de la población afirmó haber consumido helados, frente al resto de España donde la media nacional se situó en un 44,8%, cifra superior a años anteriores.
Respecto a otros países europeos, España se sitúa aún muy por debajo de los países del Norte de Europa, Alemania o Bélgica, al mismo nivel que Francia o Italia y por encima de Portugal y Grecia.
