Publicado 28/05/2022 12:02

Sin instalaciones adecuadas ni productos: el impacto de la higiene menstrual en millones de mujeres y niñas vulnerables

Niñas africanas en la escuela
Niñas africanas en la escuela - UNICEF

   Ausencia de instalaciones, menor acceso a productos menstruales y poca información, principales obstáculos

   MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -

   ONG coinciden en denunciar que la salud y la higiene menstrual son inaccesibles para millones de mujeres y niñas vulnerables, con motivo del Día de la Higiene Menstrual que se celebra cada 28 de mayo. Calculan que al menos 500 millones de niñas y mujeres de todo mundo no puede acceder a instalaciones adecuadas.

   Según UNICEF, el miedo al estigma, la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos como el agua o los inodoros están provocando que las necesidades de higiene y salud menstrual de millones de mujeres y niñas en todo el mundo no se satisfagan y que aumente su nivel de riesgo a padecer infecciones. Estos desafíos son particularmente agudos entre los más pobres, los grupos étnicos, los refugiados y las personas con discapacidad, como denuncia la ONG.

   "La gestión de la higiene y la salud menstrual, cuando está disponible para todos, puede ayudar a desmantelar las barreras y ayudar a las adolescentes a convertirse en mujeres sanas, educadas y empoderadas", ha indicado al respecto Kelly Ann Naylor, directora de las áreas de Agua, Saneamiento, Higiene (WASH) y de Clima, Medio Ambiente, Energía y Reducción del Riesgo de Desastres (CEED) de UNICEF. "Sin embargo, hasta hace poco, se ha prestado poca atención a la definición, el seguimiento y la inversión en salud menstrual", lamenta.

   El último análisis de UNICEF alerta de que las limitaciones en la asistencia a la escuela, al trabajo y a las actividades sociales durante la menstruación varían según las características geográficas, socioeconómicas e individuales. Entre las razones que subyacen están el miedo al estigma y la falta de acceso a productos de higiene menstrual, ambos factores comunes. Muchas niñas también desconocían lo que era el periodo antes de su primer ciclo, lo que puede afectar a su percepción y comprensión de la menstruación en sí.

   De media, la falta de participación en la escuela debido al periodo fue mayor entre las niñas y mujeres más jóvenes: 15% de las niñas en Burkina Faso; 20% en Costa de Marfil y el 23% en Nigeria. Asimismo, más de la mitad de las mujeres en Bangladesh y más de dos tercios en Nepal dijeron que no se involucraban en las actividades cotidianas mientras menstruaban. En Chad y la República Centroafricana, el porcentaje es de una de cada tres.

   En el caso de Bangladesh y Egipto, solo el 32% y el 66% de las niñas respectivamente sabían que tenían la menstruación antes de su primer período. En Egipto, el 74% de las niñas que no lo sabían se sintieron conmocionadas, asustadas o lloraron durante la primera regla. De manera similar, en Bangladesh, el 69% sintió miedo.

   Por otro lado, el uso de productos para la menstruación y la disponibilidad de un lugar privado para lavarse y cambiarse es alto en la mayoría de los países del informe. Sin embargo, las mujeres y niñas más vulnerables continúan enfrentando grandes desafíos, añade UNICEF.

   En concreto, la utilización de estos productos osciló entre el 81 por ciento y un uso universal en la mayoría de los países. Sin embargo, el 6% de las mujeres usaba papel en Níger; el 12% usaba solo ropa interior en Burkina Faso, mientras que el 11% no usó nada en Etiopía.

   La disponibilidad de un lugar privado para lavarse y cambiarse también osciló entre el 80 y el 99% en la mayoría de los países con datos. Aun así, en Níger, Túnez y Burkina Faso, solo el 52%, el 56% y el 74% respectivamente disponían de esos espacios.

   Hubo poca variación en el uso de productos menstruales entre las áreas urbanas y rurales, excepto en la República Democrática Popular de Laos, Etiopía y Níger, donde su uso fue alrededor un 10% mayor en las áreas urbanas que en las rurales, indica UNICEF.

   Las instalaciones privadas, sin embargo, estaban menos disponibles en las áreas rurales en comparación con los entornos urbanos. En 12 países con datos, al menos 1 de cada 10 mujeres y niñas en áreas rurales carecían de un lugar privado para lavarse y cambiarse durante su último período.

   Los grupos étnicos y quienes viven en situaciones de emergencia enfrentan desafíos aún mayores, con menos acceso a productos menstruales e instalaciones básicas y más limitaciones que el resto de la población.

   En la República Democrática Popular de Laos hubo una brecha de más del 30% entre las etnias de Mon-Khmer y Lao-Tai en el acceso a un lugar para lavarse y cambiarse y al uso de productos menstruales. En la República Centroafricana, las mujeres Haoussa tenían alrededor de un 20% más de probabilidades de continuar con sus rutinas diarias durante el período que las mujeres Mboum.

   Los datos de los campos de refugiados en ocho países muestran diferencias en los niveles de satisfacción. Casi todas las mujeres dijeron que estaban satisfechas con los productos y las instalaciones menstruales en Mozambique e Irak, en comparación con menos de la mitad de las mujeres de campos de refugiados en Camerún, Malawi y Sudán del Sur.

   "La inversión en la gestión de la higiene menstrual beneficiará a las niñas de hoy, a las mujeres en las que se convertirán mañana y a la próxima generación", afirma Naylor.

NO IR A CLASE POR TENER LA MENSTRUACIÓN

   Por otro lado, según un informe de World Vision, una de cada cuatro niñas de Nepal faltan a la escuela cuando tienen la menstruación. La ONG, en colaboración con el Nepal Health Research Council, ha encuestado a casi 3.500 adolescentes de entre diez y 19 años para conocer cuestiones de salud menstrual y constatar los retos pendientes. Los tabúes menstruales siguen siendo comunes en gran parte del mundo y lastran el acceso de las niñas y las mujeres a servicios básicos, incluida la educación.

   La mitad de las niñas desconocen la fisiología de la menstruación y el embarazo y una décima parte sigue practicando el 'chaupadi', aislándose durante los días de regla. Se trata de una práctica que se da especialmente en distritos de centro y el oeste de Nepal y que, en ocasiones acarrea problemas de salud a las mujeres, incluso con resultado de muerte.

   Hasta el 45% de las encuestadas relacionaron la menstruación con situaciones de secretismo, molestia, alto estrés y baja eficacia, según el estudio. En este informe, sin embargo, World Vision también detecta resultados alentadores, como que tres cuartas partes de las adolescentes tengan conocimiento sobre la menstruación antes de la primera regla, que más del 90% tengan acceso a algún tipo de material sanitario y jabón, que la mitad puedan cambiarse las compresas al menos tres veces al día y que la mayoría puedan hacerlo en un lugar seguro y privado.

   Cada 28 de mayo se celebra el Día de la Higiene Menstrual con el fin de acabar con los tabúes y naturalizar la menstruación. La higiene menstrual es vital para el empoderamiento y el bienestar de las mujeres y las niñas de todo el mundo. Como defienden las ONG, se trata de algo más que el acceso a compresas sanitarias e instalaciones de baños adecuados, aunque evidentemente esto es fundamental; también se trata de garantizar que las mujeres y las niñas vivan en un entorno que valore y apoye su capacidad para gestionar su menstruación con dignidad.