Actualizado 04/10/2007 21:56

Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción: "Si la gente supiera cómo afectará la pobreza a su vida, se manifestaría"

Activista del Área Agroecología y Soberanía Alimentaria, Tom Kucharz es también cabeza visible de la Campaña ¿Quién debe a Quién?, una iniciativa suscrita por una veintena de ONG que persigue destapar las responsabilidades del Norte en las desgracias del Sur. El pasado 27 septiembre protagonizó en Madrid la concentración por el 'Día Internacional para detener los Acuerdos de Asociación Económica (EPA) entre la UE y los países de África, Pacífico y Caribe", una manifestación a las puertas de la Comisión Europea que no tuvo la acogida esperada.

- Se han reunido con pancartas unas sesenta personas, la mayoría de las cuales ha cumplido ya los cuarenta años. ¿Dónde están los universitarios?

Creo que todavía están buscando su aula y no se han enterado. Hay una desinformación muy grande, en parte porque no tenemos las capacidades reales de difundir todo lo que las ONG estamos haciendo. Muchas veces nos concentramos por inercia, porque hay iniciativas en las que tenemos que participar, como en este Día contra los EPA's que se celebra en medio mundo, pero realmente no hay un tejido social amplio que esté participando de las movilizaciones.

- ¿Es porque el mensaje no llega?

Nos falta el apoyo de los medios de comunicación para que realmente se conozca lo que significan estos temas y para que se sepa lo que se está movilizando. Creo que si la población española supiese cómo afectarán estos tratados a sus empleos, al medio ambiente en el que viven y a las conquistas sociales que defienden, estarían en este tipo de concentraciones. Si la gente supiera cómo afectará la pobreza a su vida, se manifestaría.

- Quizá la cuestión de los EPA's quede demasiado lejana...

Tal vez tenemos que simplificar el mensaje, pero creo que la gente está convencida de que las consecuencias de estos tratados no les afectan, y no les preocupa que tengan impactos sobre la población mundial. Estamos en una situación de frialdad total ante cifras que podemos repetir hasta la saciedad, sobre miles de personas que mueren a diario de hambre. Sin embargo, tenemos que seguir, porque hay que llegar a los políticos y al Gobierno para exigir que dejen de lanzar palabras vacías.

- Pero sin presión social, es difícil ser escuchado por un gobierno. ¿Qué está fallando a la hora de conseguir generar esa presión?

Hay un fallo en las estructuras políticas. El dinero público, por ejemplo, va destinado a ciertas cosas, como a dar publicidad a una serie de temas. Si el Gobierno destinara parte de lo que gasta en propaganda a que la población supiera lo que está pasando en el mundo, otro gallo cantaría. Pero como este Gobierno defiende los intereses que nosotros estamos denunciando, no esperamos que hagan nada por informar a la sociedad.

- Y, en consecuencia, la sociedad no se involucra

Muchas veces parece que estos temas sólo afectan a los 'pobrecitos del Sur', pero no es así. Estamos hablando de políticas muy agresivas que son resultado del modelo de producción y consumo actual, un sistema que necesita grandes cantidades de recursos naturales. Como nostros no los tenemos, los extraemos de los países del Sur, que al final sufren las consecuencias y eso, al final revierte sobre nosotros, que somos responsables por omisión.

- ¿De qué manera?

Por ejemplo, por estos tratados, las empresas llegan a África y promueven los grandes monocultivos, que provocan que la tierra se vuelva infértil, por lo que se abandonan los monocultivos y se incrementa la desertificación como está pasando con los agrocultivos, que van minando los ecosistemas naturales del continente. Y la desertificación, acelera el cambio climático, impulsado por nuestro modelo de consumo egoísta y derrochador.

El cambio climático esta elevando las temperaturas, lo que supone que se pierde suelo fértil. Además, sube el nivel del mar y se reducen las precipitaciones y la cantidad de agua dulce. Las enfermedades tropicales relacionadas con el aumento de las temperaturas como la Malaria llegarán a la Península antes del 2030, por ejemplo. Se producirán cambios en los ecosistemas y cambiará la cadena alimentaria, apareciendo plagas por la falta de depredadores.

- La Alianza contra la Pobreza ha convocado una manifestación para el próximo 21 de octubre reclamando 'menos palabras y más hechos' en la lucha contra la pobreza en el mundo. ¿Qué mensaje hay que trasladar a la sociedad para que se movilice?

La lucha contra la pobreza no es una lucha por la solidaridad, también es una lucha por el futuro y por nuestras vidas. Estamos viendo que los territorios más empobrecidos son los más afectados por el cambio climático. Si nosotros queremos seguir manteniendo este estilo de vida de derroche energético, hagámoslo, pero sabiendo que eso va a suponer la muerte de más de la mitad de la población mundial y grandes impactos sobre nuestra salud y nuestras vidas a medio corto plazo.