Actualizado 05/02/2008 18:19

Los españoles son los europeos que más tarde se jubilan pero los más optimistas

Consideran que no podrán mantener el mismo nivel de vida, pero confían en el Estado y se despreocupan del ahorro personal


MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -

La edad media de jubilación de los trabajadores españoles, los 62 años, es la más tardía de entre los 26 países europeos y del resto del mundo analizados en el estudio 'AXA Jubilación' presentado este martes, y su actitud respecto a esta etapa de la vida es también de las más optimistas, ya que la perciben a una distancia de más de una década de la entrada en la etapa de la vejez que sitúan en los 75 años, frente a los 69 años de media de la encuesta.

De esta forma, España se coloca junto con Suiza a cinco años de distancia en edad de jubilación respecto al resto, trabajando de media "tres años más que un alemán, cuatro más que un americano y cinco más que un italiano", según explicó en declaraciones a Europa Press Televisión el director de Operaciones de la compañía aseguradora, Hipólito de la Cruz.

Por otro lado, los españoles son de los menos previsores a la hora de ahorrar para cuando dejen de trabajar, ya que sólo un 30 por ciento guardó dinero en 2007 para su jubilación, muy por debajo del 50 por ciento de la media de la encuesta o del 80 por ciento de estadounidenses que sí lo hacen, y a pesar de que más de la mitad consideran que sus ingresos en esa etapa no serán suficientes para mantener el mismo nivel de vida que como trabajadores activos.

De la Cruz relacionó esta actitud de despreocupación en el ahorro con la enorme confianza que se deposita en el Estado como garante de los ingresos en esta fase de la vida. De hecho, España destaca por encima del resto en este aspecto, aunque paradójicamente, gran parte de los encuestados considera que el sistema de Seguridad Social tendrá que ser reformado en los próximos años reduciendo sus prestaciones o con un incremento del número de años a cotizar.

Esta última posibilidad de ampliar la edad de jubilación, no obstante, es rechazada casi "unánimemente" por los trabajadores, aunque gana algunos defensores entre los que ya están jubilados. De hecho, un 55 por ciento prefiere jubilarse antes de los 65 años y la mayoría, lo hace de forma voluntaria.

OPTIMISTAS EN EL PASADO Y EL PRESENTE, NEGATIVOS PARA EL FUTURO

La visión "en positivo" que los trabajadores españoles tienen de la jubilación se demuestra a la hora de manifestarse sobre las actividades a las que piensan orientar el tiempo libre del que van a pasar a disponer.

Realizar viajes figura entre las prioridades para el 60 por ciento de los encuestados, a pesar de que finalmente sólo un 23 por ciento de los jubilados lo lleva a cabo, pero también las aficiones, el cuidado de la familia y dedicarse a pasear son mencionados en este apartado.

Cuando comparan su situación con la de generaciones anteriores, uno de cada diez encuestados cree que su posición será más favorable al acceder a la jubilación que la de sus predecesores, y prevén que la de sus hijos, por el contrario, será peor que la suya. No obstante, "España es uno de los países más optimistas de la muestra en este apartado", destacó.

LOS HIJOS, MUCHO AFECTO Y POCA HERENCIA.

Sin embargo, la visión pesimista de las perspectivas de jubilación que los trabajadores tienen para sus hijos no se limita a este aspecto, sino también en cuanto a las posibilidades de dejarles una herencia considerable.

"En esto también se ha producido un cambio generacional, porque el jubilado ahora está más dispuesto a hacer uso de sus ahorros, en lugar de dejárselos a sus herederos", explicó De la Cruz.

Por último, los españoles destacan como función principal de los hijos en la etapa de la jubilación la de dar cariño y afecto, es decir, la de "arroparles emocionalmente". En segundo lugar, citan el apoyo "material o logístico", no necesariamente económico, y en tercer lugar, se encuentra la ayuda económica.