Actualizado 22/06/2007 19:07

Un estudio, realizado con cigüeñelas en Doñana, muestra que las aves se dispersan con rapidez ante cambios del clima


MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un trabajo del investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Jordi Figuerola ha mostrado que las aves se dispersan con rapidez ante las variaciones en el clima. El estudio, que acaba de publicar la revista 'PLoS ONE', parte del análisis de la población de cigüeñuela común (Himantopus himantopus) en Doñana.

Figuerola ha analizado los cambios rápidos de movilidad de esta especie ante los efectos del clima sobre su hábitat. "Hasta este estudio, los análisis se habían centrado en la relación del clima con la supervivencia de las aves. Con este estudio se demuestra la capacidad de algunas aves para responder a cambios climáticos dispersándose en busca de condiciones mejores", explicó el investigador.

El investigador del CSIC expuso que el comportamiento de la cigüeñuela común ante los cambios en el clima es representativo de la respuesta de las aves acuáticas que viven en hábitats altamente inestables, como las marismas, y precisó que futuros estudios establecerán en qué medida los resultados son generalizables a aves propias de bosques y otros hábitats estables, como el carbonero o el petirrojo.

Los humedales mediterráneos se caracterizan por una elevada inestabilidad, que alterna periodos de varios años de lluvias con sequías. Figuerola recordó que los animales, a diferencia de las plantas, se dispersan por sus propios medios en respuesta a estas oscilaciones del clima. Éste es el caso de la cigüeñuela común, que se defiende de las condiciones climáticas adversas desplazándose a lugares del norte de África y de Europa. "Hemos comprobado que las aves pueden reaccionar con rapidez ante cambios en el clima. Esto supone que si en España empieza a llover menos, se reducirán las zonas húmedas y disminuirá el número de cigüeñuelas", advirtió Figuerola.

MOVILIDAD EN FUNCIÓN DEL AGUA

Para el investigador del CSIC, "uno de los resultados interesantes de este estudio es el descubrimiento de que las cigüeñuelas, con mucha probabilidad, funcionan como una gran población en el entorno mediterráneo, con individuos desplazándose entre Marruecos, España, Portugal, Francia e Italia, en función de la abundancia de agua en cada una de estas áreas".

El trabajo confirma que estas aves buscan además nuevas áreas donde nidificar cuando lo necesitan, lo que explica que incluso hayan sido vistas en Reino Unido. "Al trabajo se incorporaron las observaciones de aves raras en Reino Unido, aves observadas fuera de su área tradicional de distribución, realizadas por aficionados a la ornitología y recopiladas sistemáticamente en una base de datos", comentó el biólogo.

Esta base de datos sirvió para analizar, en distintas escalas geográficas, la relación entre el clima, la supervivencia de las aves y su comportamiento dispersivo. Figuerola contó asimismo con observaciones de cigüeñuelas realizadas por voluntarios ingleses y españoles.

MARCACIÓN DE 3.000 INDIVIDUOS

El estudio analiza las observaciones de un total de 3.000 ejemplares de cigüeñuela marcados con anillas desde 1988. Las anillas contienen un código de tres dígitos que puede ser leído a distancia con la ayuda de un telescopio, lo que permite estudiar la supervivencia y la dispersión de los individuos marcados. Además se analizó el censo de la población nidificante en Doñana, que ha oscilado entre las 50 y las 14.000 parejas en los últimos 16 años.

España alberga la población más importante de cigüeñuelas de Europa. Más del 25 por ciento de toda la población europea (entre 33.000 y 50.000 parejas) puede llegar a nidificar en Doñana en los años más húmedos.

Los movimientos de dispersión de las cigüeñuelas, según el trabajo del investigador del CSIC, están relacionados tanto con las condiciones locales de las marismas del Guadalquivir como con la Oscilación del Atlántico Norte (NAO, por su acrónimo en inglés), un fenómeno climático cíclico producido por la diferencia de presión entre el norte y el sur del Océano Atlántico.

"Los modelos actuales de cambio climático apuntan hacia una tendencia al aumento de la NAO en las próximas décadas, lo que significaría una mayor sequía en el Mediterráneo y una mayor dispersión de las aves que habitan en sus humedales", concluyó el biólogo.

(EUROPA PRESS)