Actualizado 13/04/2007 15:28

Expertos internacionales piden la inclusión del carbono que se acumula en ríos en el cómputo mundial de emisiones

MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de expertos internacionales, entre los que se encuentra el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carlos Duarte, defienden la inclusión del carbono que se acumula en lagos, ríos y embalses dentro del cómputo mundial de este elemento, para que el recuento sea lo más ajustado posible.

En un artículo conjunto publicado en el último número de la revista 'Ecosystems', destacan la importancia de lagos, ríos y embalses a la hora de comprender el destino de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) producidas por el hombre.

En su opinión, conocer con detalle la cantidad de carbono que se aloja en la Tierra resulta imprescindible para el desarrollo de políticas que palien el cambio climático y para obtener información sobre cuestiones como el funcionamiento global de la biosfera.

Duarte explicó que "el destino de una cuarta parte de las emisiones antropogénicas de CO2 era, hasta ahora, un misterio, ya que éstas no se hallaban ni en la atmósfera ni en el océano. Se asumía que ese CO2 debía encontrarse en sumideros terrestres, como los suelos o los bosques, pero las estimaciones directas en estos ecosistemas eran muy inferiores a esa cuarta parte".

Según el investigador del CSIC, los resultados presentados en este trabajo apuntan a que los sedimentos de ecosistemas acuáticos, como ríos, lagos y embalses, juegan un papel muy activo como sumideros de CO2.

A partir de sus conclusiones, los expertos firmantes reclaman en su artículo una revisión del papel de estos ecosistemas en la cifra total de carbono del planeta. Recuerdan que, tradicionalmente, el cálculo de este dato sólo tenía en cuenta las cifras del carbono alojado en la atmósfera, los océanos y en la tierra. Los cuerpos de agua dulce situados en los continentes, que cubren entre el 1% y el 2% de la superficie terrestre, no se contabilizaban porque la comunidad científica asumía que su aportación carecía de consecuencias.

Aunque el cómputo incorporó en la década de los 90 el carbono que las aguas continentales vierten al océano, el grupo de expertos puntualiza que esta aportación únicamente considera a lagos, ríos y embalses como tuberías que transportan el carbono hacia el mar.

Sin embargo, según señalan en su artículo, en torno a un 40% del carbono que transportan las aguas continentales se devuelve a la atmósfera, mientras que un 12% queda almacenado en sus sedimentos. Los expertos señalan algunos ejemplos: los lagos almacenan anualmente un 40% del carbono que alojan los sedimentos oceánicos en ese mismo periodo, mientras que el carbono orgánico que se encuentra en los fondos de los pantanos sobrepasa al de los fondos marinos.